Jóvenes
Ser joven conlleva grandes retos que van desde enfrentar los temores y presiones propios de la edad hasta diseñar los esquemas que lo llevarán a obtener triunfos estudiantiles, profesionales y sociales. En Panamá, la mayoría de las personas entre los 15 y 25 años de edad tienen como actividad principal los estudios o el trabajo, o bien, ambas a la vez.
Por ejemplo, Raysa es una joven universitaria con excelente índice académico, situación que supo aprovechar para participar en uno de los programas que desarrolla la Autoridad del Canal de Panamá para estudiantes sobresalientes. Ella estudia una licenciatura en Logística y Transporte Multimodal en la Universidad Tecnológica de Panamá, carrera que es promocionada como una de las más demandas en el país, ya que en la misma se están formando los profesionales que servirán a uno de los sectores que más aportan al producto interno bruto.
Sin embargo, sus necesidades económicas la impulsaron a mantenerse activa en el mundo laboral, luego de culminar su periodo como estudiante en la ACP.
Pero no todos los jóvenes tienen la misma suerte de Raysa. Según la última Encuesta de Hogares realizada por la Contraloría General de la República, en agosto de 2011 el 11,8% de los jóvenes están desocupados, una leve disminución de 1,3 puntos porcentuales con relación a la medición efectuada en marzo del mismo año y el nivel de educación incidió directamente en estas cifras.
El 53% de los desocupados tenían entre 18 y 21 años de edad, debido a que es el tiempo en que los jóvenes terminan la educación media y disciernen entre mantenerse en el sistema educativo para optar por un título universitario o aplicar por un trabajo remunerado.
Otro aspecto concluyente del estudio es que la desocupación en los jóvenes del sexo femenino se mantenía por encima (13,7%) que en el caso de los varones (10,8%). Pero, ellas disminuyeron en 3,7 puntos porcentuales esa condición con relación a la muestra tomada en marzo.
Los jóvenes que se desempeñaban en trabajos no calificados fueron los que registraron la mayor tasa de desocupación. Por ejemplo, los profesionales y técnicos pasaron de 12,6% a 18,5% de desocupación, mientras el aumento fue más moderado en actividades como la construcción, la minería y la manufactura que aumentaron de 25,9% a 26,1%.
Sin embargo, los jóvenes que realizan actividades comerciales y artesanales vieron una disminución en el nivel de desempleo.
Otro factor interesante del estudio es que la desocupación juvenil disminuyó más en el área rural, con un 9,2% en promedio, que la urbana (15,2%). Esto se debe principalmente a que ellos laboran en fincas agroindustriales, en casas de familia o en comercios.
Por área geográfica, la desocupación juvenil se trasladó de Colón (19,3%) a Bocas del Toro (20,7%). En este último la menor desocupación se situó en 12,6%, mientras que la máxima estuvo en 28,9%, desplazándose así desde los rangos de 5,4% hasta 25,9% en que estaba en el mes de marzo.
Las actividades con mayor ocupación a que se dedican los jóvenes bocatoreños son agricultura, manufactura, transporte, minería, construcción y comercio.
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