Top 25 mejores películas eróticas
Desnudamos los títulos más calientes del séptimo arte
01.04.2013
¿Cuáles son tus títulos favoritos, cuáles echas de menos y cuáles creen que no son para tanto? Como siempre, estáis invitados a dejar vuestras opiniones y comentarios.
El imperio de los sentidos (1976)
A partir de un hecho real ocurrido en Japón en la década de 1930, el realizador japonés Nagisha Osima filmó una de las películas eróticas más explícitas (y censuradas) de la historia. La trama narra los encuentros sexuales entre el dueño de un hotel y una de sus empleadas, una ex prostituta obsesionada con el sexo y toda clase de formas de placer sexual. Nunca un coito llegó tan lejos ni fue tan "mortalmente" placentero.
El último tango en París (1972)
Marlon Brando y Maria Schneider le dieron a la mantequilla el más insólito e imaginativo de los usos en este legendario título del italiano Bernardo Bertolucci. Paul, un hombre recién enviudado, mantiene encuentros furtivos con la joven Jeanne en un piso vacío de la capital parisina. En cada relación amorosa sube el tono, la temperatura y la obsesión de Paul por sodomizar el cuerpo y la mente de la muchacha.
Emmanuelle (1974)
Aunque la primera adaptación de la novela homónima de Emmanuelle Arsan es un film italiano de 1969, le versión que batió récords de taquilla en todo el mundo fue la francesa dirigida por Just Jaeckin y protagonizada por la holandesa Sylvia Kristel. Los sectores más conservadores de Francia y media Europa se combustionaron ante sus escenas explícitas de sexo y masturbaciones, pero el público quería más y más y más.
Instinto básico (1992)
Sharon Stone se convirtió a la vez en estrella y mito sexual de la mano de Paul Verhoeven con esta cinta que inauguró uno de los subgéneros más populares y taquilleros de los años 90: el thriller erótico. Un poli con las rasgos de Michael Douglas se encargaba de vigilar a Stone, en la piel de una escritora de novelas sospechosa de haber liquidado a su novio. La escena del cruce de piernas es un must en la historia del cine.
Nueve semanas y media (1986)
Kim Bassinger saboreó la gloria (y muchas más cosas) con la que quizá sea la película-modelo del erotismo en el cine norteamericano. Elizabeth (Bassinger) y John (Mickey Rourke) mantienen una serie de encuentros sexuales que aumentan de tensión y carga sexual a medida que él se va obsesionando con el cuerpo de ella (lógicamente). La escena más recordad es, sin duda, el striptease a ritmo de Joe Cocker.
Lucía y el sexo (2001)
El cine español luce un amplio y tórrido curriculum de fantasías eróticas en el que brilla con luz propia Paz Vega en su papel de Lucía, una joven camarera que vive un apasionado romance con un escritor atormentado por un pasado de muerte y pérdida, interpretado por Tristán Ulloa. Elena Anaya y Najwa Nimri completan un cuarteto en el que el sexo, pasional y descarnado, es catalizador de dramas y placeres.
Shame (2011)
Injustamente olvidada por academias y premios, la hasta el momento última película del británico Steve McQueen convierte a un colosal Michael Fassbender en un adicto al sexo incapaz de llenar su vida con otra cosa que no sean relaciones salvajes de una sola noche. A mayor soledad y desamparo afectivo del personaje, más encuentros furtivos y más hambre de yacer con hombres y mujeres.
El portero de noche (1973)
Una jovencísima Charlotte Rampling enseña sin pestañear todos sus encantos en este film de la italiana Liliana Cavani. En la Viena de 1957, la trama sigue los pasos de una mujer que reconoce en el portero de su hotel al oficial nazi que, durante su encierro en un campo de exterminio, la explotó y humilló como objeto sexual en una relación sadomasoquista. Lo mejor, el uso fetichista de la estética de los uniformes alemanes.
Saló o los 120 días de Sodoma (1975)
Pier Paolo Pasolini fue asesinado antes de ver estrenada la que sería su última película, una fábula envenenada sobre la italia fascista que denuncia el autoritarismo y la doble moral conservadora a través de un juego erótico organizado por cuatro individuos adictos al sexo. La mansión donde se desarrolla la acción alberga toda clase de encuentros en los que TODO (con mayúsculas) está permitido.
Lunas de hiel (1992)
Un tanto ensombrecida por el éxito de Instinto básico, Lunas de hiel constituye una de las aproximaciones al erotismo más perversas y siniestras que se han filmado desde los parámetros del cine comercial. Polanski, siempre provocador y con un bisturí en la mano, convierte a Hugh Grant y a Peter Coyote en los títeres sexuales de una mantis religiosa con el cuerpo de Emmanuelle Seigner.
Y tu mamá también (2001)
Las edades de Lulú (1990)
Ese oscuro objeto del deseo (1977)
9 Songs (2004)
El polifacético Michael Winterbottom pone en imágenes
la novela de Michel Houellebecq sobre dos almas errabundas en el Londres
actual que viven su amor al ritmo de las canciones de los grupos a
cuyos conciertos asisten de forma compulsiva. Mucho sexo, mucha
melancolía y nueve canciones firmadas por grupos como BRM, Elbow, Primal
Scream, Franz Ferdinand o los Dandy Warhols.
Una relación privada (1999)
Miente conmigo (2005)
Clement Virgo pone en imágenes la novela homónima de
Tamara Berger sobre dos jóvenes (Leila y David) que disfrutan de una
tórrida relación en la que no hay preguntas ni reproches, sólo sexo de
alto octanaje en el que cada encuentro es una exhibición de deseos y
filias compartidas. Si alguna vez os habéis preguntado si el sexo puede
destruir tu vida, aquí tenéis la (gozosa) respuesta.
El amante (1992)
La novela homónima de Marguerite Duras cobra vida en las manos de Jean Jacques Annaud (director) y la pareja formada por Jane March y Tony Leung.
En el Vietnam colonial de 1929, una muchacha francesa cae en los brazos
de un rico comerciante chino con quien despierta al sexo y los juegos
eróticos más fantasiosos que quepa imaginar. Compitió en cartelera con
Instinto básico y Lunas de hiel.
Fuego en el cuerpo (1981)
Lawrence Kasdan, magistral en casi todos los géneros, embarcó a William Hurt y Kathleen Turner en
un apasionado romance, con crimen de por medio, que empapa literalmente
al espectador de sudor y ansia sexual. La maravillosa banda sonora de
John Barry envuelve cada escena en una atmósfera perturbadora que sube
la líbido y anticipa el inesperado desenlace. Nunca hay que fiarse de un
ángel vengador.
Henry & June (1990)
Philip Kaufman llevó a la pantalla las memorias y recuerdos de la escritoria Anaïs Nin
acerca del pasional trío que ésta mantuvo con Henry Miller y su esposa
cuando ambos vivían en París. Dúos, tríos y hasta cuartetos de todos los
colores y sabores adornan una historia que recrea el París de los años
treinta como una galería de espejos que refleja nuestras pasiones y
deseos más íntimos.
Los soñadores (2003)
La ácida y lividinosa cámara de Bernardo Bertolucci convierte el París
de 1968 en el escenario de un trío formado por dos hermanos franceses (Eva Green y Louis Garrel) y un estudiante americano (Michael Pitt)
que se embarcan en un viaje de autodescubrimiento sexual y sentimental.
Una mirada diferente a aquel mayo francés que abrió mentes, cuerpos y
corazones a la sensibilidad contemporánea.
Miente conmigo (2005)
Clement Virgo pone en imágenes la novela homónima de Tamara Berger sobre dos jóvenes (Leila y David) que disfrutan de una tórrida relación en la que no hay preguntas ni reproches, sólo sexo de alto octanaje en el que cada encuentro es una exhibición de deseos y filias compartidas. Si alguna vez os habéis preguntado si el sexo puede destruir tu vida, aquí tenéis la (gozosa) respuesta.
El amante (1992)
La novela homónima de Marguerite Duras cobra vida en las manos de Jean Jacques Annaud (director) y la pareja formada por Jane March y Tony Leung. En el Vietnam colonial de 1929, una muchacha francesa cae en los brazos de un rico comerciante chino con quien despierta al sexo y los juegos eróticos más fantasiosos que quepa imaginar. Compitió en cartelera con Instinto básico y Lunas de hiel.
Fuego en el cuerpo (1981)
Lawrence Kasdan, magistral en casi todos los géneros, embarcó a William Hurt y Kathleen Turner en un apasionado romance, con crimen de por medio, que empapa literalmente al espectador de sudor y ansia sexual. La maravillosa banda sonora de John Barry envuelve cada escena en una atmósfera perturbadora que sube la líbido y anticipa el inesperado desenlace. Nunca hay que fiarse de un ángel vengador.
Henry & June (1990)
Philip Kaufman llevó a la pantalla las memorias y recuerdos de la escritoria Anaïs Nin acerca del pasional trío que ésta mantuvo con Henry Miller y su esposa cuando ambos vivían en París. Dúos, tríos y hasta cuartetos de todos los colores y sabores adornan una historia que recrea el París de los años treinta como una galería de espejos que refleja nuestras pasiones y deseos más íntimos.
Los soñadores (2003)
La ácida y lividinosa cámara de Bernardo Bertolucci convierte el París de 1968 en el escenario de un trío formado por dos hermanos franceses (Eva Green y Louis Garrel) y un estudiante americano (Michael Pitt) que se embarcan en un viaje de autodescubrimiento sexual y sentimental. Una mirada diferente a aquel mayo francés que abrió mentes, cuerpos y corazones a la sensibilidad contemporánea.
Miente conmigo (2005)
Clement Virgo pone en imágenes la novela homónima de
Tamara Berger sobre dos jóvenes (Leila y David) que disfrutan de una
tórrida relación en la que no hay preguntas ni reproches, sólo sexo de
alto octanaje en el que cada encuentro es una exhibición de deseos y
filias compartidas. Si alguna vez os habéis preguntado si el sexo puede
destruir tu vida, aquí tenéis la (gozosa) respuesta.
El amante (1992)
La novela homónima de Marguerite Duras cobra vida en las manos de Jean Jacques Annaud (director) y la pareja formada por Jane March y Tony Leung. En el Vietnam colonial de 1929, una muchacha francesa cae en los brazos de un rico comerciante chino con quien despierta al sexo y los juegos eróticos más fantasiosos que quepa imaginar. Compitió en cartelera con Instinto básico y Lunas de hiel.
Fuego en el cuerpo (1981)
Lawrence Kasdan, magistral en casi todos los géneros, embarcó a William Hurt y Kathleen Turner en
un apasionado romance, con crimen de por medio, que empapa literalmente
al espectador de sudor y ansia sexual. La maravillosa banda sonora de
John Barry envuelve cada escena en una atmósfera perturbadora que sube
la líbido y anticipa el inesperado desenlace. Nunca hay que fiarse de un
ángel vengador.
Henry & June (1990)
Philip Kaufman llevó a la pantalla las memorias y recuerdos de la escritoria Anaïs Nin
acerca del pasional trío que ésta mantuvo con Henry Miller y su esposa
cuando ambos vivían en París. Dúos, tríos y hasta cuartetos de todos los
colores y sabores adornan una historia que recrea el París de los años
treinta como una galería de espejos que refleja nuestras pasiones y
deseos más íntimos.
Los soñadores (2003)
La ácida y lividinosa cámara de Bernardo Bertolucci convierte el París de 1968 en el escenario de un trío formado por dos hermanos franceses (Eva Green y Louis Garrel) y un estudiante americano (Michael Pitt) que se embarcan en un viaje de autodescubrimiento sexual y sentimental. Una mirada diferente a aquel mayo francés que abrió mentes, cuerpos y corazones a la sensibilidad contemporánea.
Suavemente me mata (2002)
Chen Kaige, autor de filmes tan imprescindibles como Adiós a mi concubina o Together, se desmelenó en su primera incursión en Hollywood con una cinta erótica tan explícita como carente de guion y tensión dramática. El argumento es lo de menos, la excusa para ver a Joseph Fiennes y Heather Graham maquinando perversos juegos sexuales en los que el placer y el dolor se confunden en la misma trama obsesiva.
La insoportable levedad del ser (1987)
Antes de evocar los amoríos de Anaïs Nin, Philip Kaufman se fijó en la novela más exitosa de Milan Kundera, un relato emotivo y pasional que retrata las aventuras sexuales de un cirujano checo (Daniel Day-Lewis) alérgico al compromiso, la monogamia y el capitalismo. Lena Olin y la hermosa Juliette Binoche son los objetivos eróticos de un hombre tan activo sexualmente como vacío sentimentalmente por dentro.
Kamasutra, una historia de amor (1996)
No podía faltar en nuestro repaso una versión del libro erótico por antonomasia, el Kamasutra, en esta ocasión bajo la mirada de la realizadora india Mira Nair. La historia compone un cuarteto de amor, celos, pasión y desencuentros protagonizado por un príncipe y su esposa, una cortesana experta en las artes de la seducción y un escultor obsesionado con tallar la evocación perfecta del erotismo.
Ken Park (2002)
Larry Clark y Edward Lachman dirigieron a dúo esta crónica sobre las andanzas sexuales de un grupo de adolescentes residentes en una localidad de California. El despelote y la desinhibición mandan en una serie de encuentros eróticos entre los que destacan los montados por la liberal Peaches y su novio, y los protagonizados por Shawn, que se acuesta con su novia y la madre de ésta.
Calígula (1979)
2 comentarios:
Una lista y reseñas muy valiosas. Muchas gracias por tal aporte. Me has ahorrado cantidad de horas de búsqueda. Ahora a ver películas se ha dicho!
Cartago, CRC.
Y qué pasa con blue lagoon?
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