Fuente: El Nuevo Diario Viernes, 19 de Abril de 2013 10:56 Nicaragua posee en Centroamérica el mayor potencial para generar energía hidroeléctrica (2.000 megavatios) y ha invertido US$15 millones en los últimos 10 años para poner en funcionamiento 10 pequeñas centrales que aportan 12.200 megavatios al año.
Nelson Mejía, consultor en energía de la empresa Multiconsult, precisó que este país apenas aprovecha el 5% de su potencial hidroeléctrico y añadió que las 10 pequeñas centrales benefician a unas 60.000 personas, en 9.000 viviendas. Por su parte, Lizeth Zúniga, directora ejecutiva de la Asociación Renovables de Nicaragua, indicó que esas pequeñas centrales benefician principalmente a comunidades rurales, que es donde tienen menos acceso a la red de electricidad.
Por otro lado, Nicaragua paga los costos más altos de energía en Centroamérica, a pesar de que el Instituto Nicaragüense de Energía, INE, ha informado que en este país se produce con fuentes renovables el 51% de los 560 megavatios que se consumen.
En este país, además, por cada 10 personas, 2.8 no tienen acceso a la electricidad, de acuerdo con un informe de la Asociación Renovables de Nicaragua.
Las plantas
Una planta hidroeléctrica se considera pequeña cuando su capacidad de generación no excede los 5 megavatios, dijo Mejía. Cada megavatio instalado en una planta puede costar, en promedio, US$4 millones, explicó Mejía.
La construcción de las pequeñas centrales hidroeléctricas forma parte del proyecto de “Desarrollo de la Hidroelectricidad a Pequeña Escala para Usos Productivos en Zonas Fuera de Red” y pertenece al Plan Nacional de Electrificación Rural, que promueve el Estado.
Entre las centrales que más se destacan están Salto Mollejones, en El Rama (Caribe Sur), cuya capacidad es de 0,71 megavatios, seguida por La Pita Central, en El Cuá-Bocay (Jinotega), que junto a Bilampí-Musún en Río Blanco (Matagalpa), generan 0.20 megavatios cada una.
En el municipio de Waslala, en el Caribe Norte, existen dos pequeñas centrales hidroeléctricas: El Naranjo y la Río Bravo, que juntas generan 0,38 megavatios.
“El mejor esquema para el país y el inversionista es venderle a las comunidades y vender los excedentes (de energía) a la red, porque se optimiza la capacidad y se obtienen mejores ingresos”, explicó la gerente técnica de la empresa Multiconsult, Patricia Rodríguez.
Añadió que de las 10 pequeñas centrales hidroeléctricas, solo dos plantas que en conjunto generan 5.190 megavatios al año, dotan de energía a las localidades donde están ubicadas y su excedente lo venden al Sistema de Interconectado Nacional.
Las otras ocho pequeñas centrales, ubicadas en zonas rurales aisladas y que no aportan a la red, generan 7.128 megavatios al año, dijo Rodríguez.
Para la ejecución de estos proyectos Nicaragua contó con financiamiento del Banco Mundial, Banco Centroamericano de Integración Económica, y de algunas agencias de cooperación de países como Suiza, Noruega y Finlandia.
Aprovechar potencial
Según Rodríguez, “Guatemala y Honduras están estudiando varios proyectos de pequeñas centrales hidroeléctricas”, aunque todavía están sin funcionar.
En el caso de Nicaragua, un estudio del sector energético identificó recientemente otros 20 sitios con un potencial mayor a los 0.20 megavatios cada uno para construir pequeñas centrales, sobre todo en las zonas Central, Norte y del Caribe.
Se proyecta que para el segundo trimestre de 2013 concluya la construcción de una nueva pequeña central hidroeléctrica en el municipio de Wiwilí, Jinotega, que generará 1.48 megavatios, agregó Rodríguez.
A nivel de la región centroamericana, según la Empresa Nicaragüense de Electricidad, ENEL, Nicaragua es el país con más recursos hídricos disponibles para la generación eléctrica.
Entre pequeñas y grandes cuencas hidrográficas, según ENEL, el país tiene un potencial 500% superior a su consumo energético actual, que es de 560 megavatios.
“Hay que saberlo ocupar (el potencial hidroeléctrico), necesitás dos recursos: agua y altura, para que la caída genere suficiente (potencia) y que ese caudal tenga suficiente disposición de capacidad, entre 40% y 60% del tiempo”, señaló César Zamora, gerente de país de la empresa AEI Nicaragua.
El Ministerio de Energía y Minas es el ente encargado de otorgar las concesiones para la ejecución de estos proyectos, que son una alternativa sostenible para la electrificación rural.
La vida útil de una pequeña central hidroeléctrica puede ser de 30 años, dijo Mejía, siempre que se haga un buen manejo de la cuenca para que “el río tenga siempre agua”.
Por otro lado, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, con un monto de US$19.4 millones, inició un proyecto de hidroelectricidad a pequeña escala para usos productivos para el período 2010-2014, en 12 comunidades de los departamentos de Matagalpa, Jinotega, Boaco y el Caribe Norte.
Beneficios y cambios
El potencial hidroeléctrico de Nicaragua se localiza en sitios con demanda para uso productivo, como el centro y norte del país, señaló Lizeth Zúniga, directora ejecutiva de la Asociación Renovables de Nicaragua.
Zúñiga añadió que ese tipo de energía mejora la calidad de vida en las zonas rurales.
El gerente de Tecnosol, Vladimir Delagneau, precisó que en las zonas rurales de Nicaragua, principalmente en el Caribe, existen 500.000 viviendas sin energía eléctrica.
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