Programa empezará con productos importados
País sin materia prima para producir biocombustibles
Etanol y aceite de palma para biodiésel producidos aquí se exportan
Otras fuentes de biocombustibles, como la jatrofa, aún son incipientes
País sin materia prima para producir biocombustibles
Etanol y aceite de palma para biodiésel producidos aquí se exportan
Otras fuentes de biocombustibles, como la jatrofa, aún son incipientes
Mercedes Agüero R. maguero@nacion.com
Costa Rica no cuenta con materia prima nacional para implementar el Programa Nacional de Biocombustibles, que el Gobierno lanzará en octubre.
Según el plan, a partir de octubre, las gasolinas regular y súper contendrán un 7,5% de alcohol, y a principios del 2009 el diésel incluirá un 5% de biodiésel.
Sin embargo, la producción local de etanol y de aceite de palma africana, una de las materias primas para generar biodiésel, se destinan hoy al mercado externo, donde son muy bien pagadas.
En tanto, el cultivo de otras fuentes de biocombustibles como sorgo, yuca industrial, jatrofa o higuerilla, aún no despega.
Actualmente, solo el Ingenio Taboga y la Central Azucarera Tempisque (Catsa) producen alcohol a base de la caña de azúcar cultivada en el país. Ambas firmas exportan la mayor parte a Europa, libre de impuestos.
Taboga tiene capacidad para producir 300.000 litros al año.
Manuel Avendaño, director financiero del Ingenio, informó de que la producción del próximo año ya está vendida en ese mercado.
Además, no se ha considerado la posibilidad de vender etanol para abastecimiento nacional, aseguró.
En tanto, Catsa procesa 23 millones de litros al año, aunque su capacidad instalada es mayor.
El 90% del alcohol carburante se coloca en Europa y el 10% restante se queda en el país.
Para convertirse en proveedor local de etanol deberá invertir en plantaciones, destilería y almacenamiento. Para ello tendría que negociarse un plan de mediano y largo plazos que garantice el retorno de sus inversiones, indicó Catsa.
El otro actor fuerte que tiene el mercado de alcohol en el país es la Liga Agrícola Industrial de la Caña (Laica), pero esta lo que hace es deshidratar aquí alcohol, que importa desde Brasil, para luego exportarlo a Estados Unidos. Además, procesa ciertos remanentes de las dos destilerías locales.
Sin aceite. La producción local de biodiésel está en una situación similar. La principal fuente a la que apuesta el Programa de Biocombustibles es el aceite de palma africana, pero se está destinando para consumo humano del mercado interno y los remanentes se exportan a Centroamérica y México.
Emileth Barrantes, representante de la Cámara Nacional de Productores de Palma (Canapalma) ante la Comisión de Biocombustibles, explicó que si el aceite exportado se destinara a producir biodiésel se podría sustituir hasta un 15% del consumo nacional de diésel, estimado para este año en 1.200 millones de litros.
No obstante, los precios internacionales son tan atractivos que para las empresas el biodiésel no es un buen negocio. La tonelada métrica de aceite crudo pasó $380 en el 2005 a $1.400 en este momento.
En cambio, para generar biodiésel se requiere invertir en plantas y en el procesamiento, agregó Barrantes.
Actualmente, solo la empresa Energías Biodegradables produce 60.000 litros diarios a base de aceites residuales. No puede producir más por falta de materia prima.
Importar. El ministro de Ambiente y Energía, Roberto Dobles, manifestó que Recope está buscando proveedores, pero si no hay producción local deberán empezar importando los biocombustibles.
Dobles reconoció que esa alternativa contradice uno de los principales objetivos del Programa, que es sustituir progresivamente los combustibles fósiles importados por otras fuentes de energía renovable de origen nacional.
Tampoco se lograrían otros fines, como reactivar el sector agrícola en zonas del país con menor desarrollo.
Según Dobles, la importación se mantendría mientras se desarrolla el mercado local “porque de nada sirve cambiar petróleo importado por biocombustibles importados”.
Los eventuales proveedores además reclaman que el Gobierno no tiene reglas claras, y por eso, no se animan a invertir.
Tomado del periódico La Nación, jueves 21 de agosto, 2008.
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