La determinación y tenacidad con que el costarricense Frank López, de 43 años, dedicado a la banca de inversión desde hace 23 años en Estados Unidos, ha afrontado cada uno de los retos de su vida lo ha posicionado como un asesor financiero de alto nivel. Ser estudiante de primer promedio en el colegio privado Lincoln, de Costa Rica, fue una hazaña que pudo repetir durante sus años en la Universidad de Notre Dame, en el estado de Indiana. Y ya que para realizar su MBA necesitaba al menos dos años de experiencia laboral, aplicó para el codiciado puesto de analista en los principales bancos de Wall Street.
Durante los últimos diez años y hasta 2005, que trabajó para la firma, se enfocó en la atención a países en desarrollo, principalmente en América Latina, un periodo en el cual soplaron nuevos aires en el negocio. Los ascensos tampoco se hicieron esperar, a sus 34 años fue managing director, el equivalente a socio, siendo uno de los ejecutivos más jóvenes en obtener ese puesto. En una de sus visitas a Costa Rica conversó con Summa acerca de sus proyectos
¿Siempre lo atrajeron las finanzas?
Cuando me gradué del Colegio Lincoln, en Costa Rica, escogí estudiar en la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos. Tenía una buena Facultad de Negocios, a nivel de bachillerato. Yo quería estar en administración y en particular en finanzas. Siempre tuve predilección por el tema. Saqué un Major en Finanzas y un Minor en Contabilidad. Fui el primer graduado de la facultad, en 1986, y uno de los primeros cuatro promedios de una clase de 1.800 personas. En la graduación me tocó llevar la bandera con los otros tres estudiantes, algo muy satisfactorio.
¿Cómo hizo para estudiar y trabajar a la vez en Wall Street?
Estaba en auge el Financial Analyst Program, que permitía trabajar dos años en un banco de inversión de Wall Street para adquirir la experiencia que requería la maestría. A ese programa lo llamo “esclavo financiero por dos años” [ríe]. ¡Me tocó hacer absolutamente de todo: modelos financieros, sacar copias, llevarle el café a mis jefes y hasta las maletas! Aprendí mucho. Tuve varias ofertas y me decidí por el entonces The First Boston Corporation, líder en fusiones y adquisiciones de la mano de dos leyendas: Bruce Wasserstein y Joe Perella. En mi segundo año me pidieron que me quedara, pero yo quería sacar la maestría y me ayudaron. Fui de los primeros a quien patrocinaron en un programa ejecutivo, saqué mi MBA en New York University. Tenía que trabajar e ir a la escuela tiempo completo. ¡Lo que inicialmente iban a ser dos años de práctica, se convirtió en casi veinte años de trabajo!
De sus negociaciones, ¿cuáles destacan por su novedad o creatividad?
Tres operaciones me hacen sentir sumamente orgulloso. El Banco General de Panamá obtuvo una calificación crediticia de grado de inversión de Standard & Poor’s. Fue la primera vez que se asignó esa calificación a una entidad privada y superior a la del soberano sin el beneficio de una estructura para mejorar el perfil crediticio; un hito. El banco accedió al mercado internacional de bonos por US$115 millones, con un costo inferior al financiamiento del país; con esto pudo acometer un plan estratégico de inversión en una etapa crítica de su desarrollo. El proceso requirió una presentación al comité en pleno de Standard & Poor’s, lo cual ocupa un lugar muy especial en mi carrera. Las otras dos operaciones se dieron en Venezuela. Rompimos un tabú al lograr que empresas mixtas, la petrolera nacional PDVSA y multinacionales del sector, como Conoco Phillips, obtuvieran más de US$2.000 millones en los mercados internacionales de capital, en lugar del mercado bancario, para financiar dos proyectos: Petrozuata, en petróleo, y Accrogas, en gas. Prestigiosas revistas de negocios denominaron a estas operaciones como “Deal of the Year”. Hacer cosas que se salgan de lo normal es para mí intelectualmente fascinante.
¿Tenía la idea de crear su propio fondo de inversión HighView Point?
El banco había cambiado, así como el negocio en general. Junto con dos ex colegas: Francisco Illarramendi –venezolano, quien trabajó conmigo doce años y digamos que fue mi pupilo– y Chris Luth –un americano, que trabajó en Credit Suisse, ABN Amro y Deutsche Bank–, vimos las oportunidades en el manejo de fondos. Muchas veces en Credit Suisse estructurábamos la operación y por cuestiones de capacidad o cupo crediticio no podíamos absorber la totalidad de la obligación crediticia e invitábamos a otros inversionistas a estos famosos hedge funds [también se les conoce como fondos alternativos o no tradicionales; no tienen correlación con el mercado, por lo que su volatilidad es baja]. Les estábamos haciendo un gran favor: nosotros estructurábamos la operación y ellos colocaban parte de la plata, llevándose una gran porción del retorno.
¿Qué piensa de las perspectivas económicas para este año?
En Estados Unidos el problema del mercado crediticio es serio, el sector inmobiliario pasa por un momento extremadamente difícil. El negocio de titularización prácticamente no existe y los bancos están llenos de instrumentos financieros complejos que no saben cómo valorar, para los cuales no hay mercado secundario, y las principales aseguradoras de bonos están en una situación de insolvencia. Habrá deterioro en las carteras de consumo, como tarjetas de crédito, y eso va a ser otro golpe para la economía. El dólar está débil frente a las principales monedas del mundo. Muy probablemente Estados Unidos está en recesión. El consumidor americano está padeciendo de fatiga; eso no es bueno, ya que puede llegar al desmayo. Cuando Estados Unidos se resfría a otros les da neumonía, se está empezando a sentir incluso en países como Costa Rica.
¿Cómo se describe en términos de personalidad?
Tenaz y directo, a veces demasiado directo y necio. Creo que las palabras que me pueden caracterizar también son Mr. Follow Up. Si estoy aquí y digo que para el lunes tal cosa, el lunes la reciben. Creo que mucho del problema que las personas tienen, sobre todo en los negocios, es no darle seguimiento a las cosas. También soy extremadamente conservador, por eso cuando estructuramos a HighView Point fue de una forma tal que puedo dormir sin preocupación
*Adaptación revistasumma.com, el texto completo se encuentra en la revista impresa
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