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domingo, 3 de febrero de 2013

Experimento de transformación de actitudes para el desarrollo de Guatemala

John C. Maxwell: “Míreme; esto va a funcionar”

Amable, sonriente, seguro, con una agenda cargada y el éxito mundial como precedente, el experto en liderazgo John C. Maxwell se ha propuesto, junto con su equipo, emprender un experimento de transformación de actitudes enfocado en el potencial de Guatemala para el desarrollo.

 


POR GUSTAVO MONTENEGRO
Prensa Libre, Guatemala
 
Esta semana, con el auspicio de la asociación Guatemala Próspera, se reunió con diversos sectores: religioso, político, empresarial, indígena, asociaciones de voluntariado, no para enseñar, sino para algo que considera mucho más importante, escuchar.
Reconocido por vender millones de libros y haber ayudado, a través de su metodología de liderazgo, a levantar compañías que estaban en riesgo de caer, Maxwell no tiene duda del éxito del incipiente proyecto. “Míreme a los ojos. Escúcheme. Esto va a funcionar. Va a funcionar”, expresa con aplomo al decirle que está poniendo su éxito a prueba.
Usted ha ayudado a muchas compañías alrededor del mundo; un país es algo más complejo. ¿Qué espera que pase con Guatemala?
La única razón por la que tomo un trabajo en una compañía es cuando veo una necesidad de liderazgo, un deseo de mejorar, y yo veo eso en Guatemala. Pero no venimos con respuestas, sino primero a aprender y escuchar.
Yo entiendo de liderazgo. He escrito 73 libros. Soy conocido como el mejor gurú de liderazgo, pero estoy aquí, en este momento, para conocer a la gente. Y he visto que en Guatemala la gente tiene un corazón maravilloso y el deseo de aprender. En ese corazón tenemos una oportunidad de proveer liderazgo para transformar sus vidas.
¿Qué características humanas pueden bloquear el liderazgo?
Lo que bloquea no es solo de Guatemala. He descubierto que, sin importar el país, lo que más dificulta es no querer el cambio. Hay que desearlo. Otro obstáculo es la falta de voluntad para invertir el tiempo que se requiere para el proceso: los líderes no se desarrollan en un día. De hecho, los líderes se desarrollan a diario, pero no en un día.
El tercer obstáculo es lo que yo llamo una agenda egoísta: quieren algo para sí mismos, pero no quieren ayudar a otros.
Por eso insistimos en que si nosotros hemos venido para ayudar a crecer al país en liderazgo, usted primero tiene que querer y también que lo comparta. Que la gente sea un río, no una presa.
¿Y por dónde empezar en la construcción del liderazgo?
Primero, reconocer la necesidad. Segundo, pidiendo y aceptando la ayuda. En tercer lugar, tener voluntad de aprender. Porque a veces, los dueños o gerentes de compañías vienen y buscan que les entrenen a la gente de su organización para ser líderes, pero ellos no quieren ser capacitados. “Yo ya tengo liderazgo”, dicen, y eso no es cierto, porque el solo hecho de que una persona acceda a un puesto directivo no lo hace capaz de liderar, porque el liderazgo es un proceso.
¿Puede haber líderes en todos los niveles de una empresa y, en este caso, de un país?
El liderazgo no es cuestión de posición o cargo, es una cuestión de influencia. En mi libro Líder 360 desarrollo que a todo nivel se puede ejercer una influencia, hacia arriba y hacia abajo. Si por ejemplo se tiene un jefe difícil, lo primero que deberías hacer es establecer una buena relación, una buena comunicación con esa persona. Por ejemplo, si mi jefe inmediato es posicional y negativo, no debo querer ni intentar cambiarlo, sino relacionarme mejor con él, para que cambie el diálogo y tenga su confianza. No influimos a una persona que no gusta de nosotros. Hay que volverse más político...
Entendiendo político como lo decía Aristóteles, y no como los políticos de partidos, que se consideran a menudo líderes pero quieren imponer sus criterios a otros.
Pero claro. Lo que quiero decir es que hay que saber escuchar, saber decir y saber actuar. La Madre Teresa decía: “No trates de alimentar al mundo, empieza con uno”.
Y aunque en cierta medida su vida esté controlada por decisiones de políticos partidarios, el cambio más importante que puede hacerse, el que cambia de verdad, está en las cosas comunitarias, en la pequeñez de las relaciones entre personas. No nos quejemos de lo que no podemos decidir, pero sí hagamos algo sobre lo que podemos controlar. A veces esperamos que los gobernantes y políticos nos cuiden a nosotros, y nos volvemos dependientes. La gente dice “no puedo mejorar porque el Gobierno no está bien”, y precisamente para cambiar eso es que estamos aquí, por nuestra voluntad, para enseñar liderazgo.
¿Qué pasa cuando hay descalificación de líderes de un sector a los de otros sectores?
Por eso nos reunimos también con algunos líderes indígenas, políticos, empresarios, porque debe haber un mutuo reconocimiento. Cuando hay diferencias, el problema es que la gente se concentra en ellas, pero tenemos que empezar con lo que tenemos en común.
¿Ya tiene idea de los valores comunes con que empezará a trabajar en Guatemala?
Tenemos una lista de 40 valores que tienen en común diversas culturas y países. De esa lista, pedimos a los líderes de la comunidad y de sectores elegir los 10 principales. Es así como desarrollamos el perfil de la capacitación que vamos a hacer. Ustedes eligen los valores y nosotros proveemos los recursos para potenciar esos valores, esta vez a escala de país.
¿Es esto un experimento social?
Sí lo es en el sentido de que nunca antes se ha intentado una capacitación masiva, en un territorio que no conocemos. Ahora bien, hemos enseñado estos principios a más de seis millones de personas en empresas en el mundo. La buena noticia para Guatemala es que es el primer país en donde se intenta esto a tal magnitud. La mala, que es el primer país donde se intenta esto a tal magnitud.
¿Y por qué Guatemala?
Habíamos observado posibilidades en varios países, pero al final hubo factores decisivos, como la cercanía para ir y venir de EE. UU. Además, tenemos una contraparte acá, en Guatemala Próspera. Esta asociación nos sirve como ancla. Hay muchos esfuerzos voluntarios en el país, y eso es promisorio.
Su nombre, su firma, su trayectoria, están en juego.
Claro, por supuesto. ¿Qué pasa si este experimento de calidad no funciona? Se lo digo. Y puede ponerlo por escrito. Míreme a los ojos. Esto va a funcionar. Yo lo sé. Porque sabemos cómo enseñar liderazgo, porque Guatemala tiene una gran base de liderazgo y la gente que hemos conocido lo está tomando de corazón. En Guatemala vamos a ser exitosos.
Figuran en varios libros de John C. Maxwell
El primer paso importante en controlar el fracaso es aprender a no personalizarlo.
Deje de preocuparse por usted, que a los demás no les importa tanto.
La persona que comete una falta y luego se excusa,  añade una segunda falta.
Si está teniendo éxito en todo lo que esté haciendo, entonces probablemente no se está exigiendo demasiado.
Si se arriesga y falla, va a tener menos de qué lamentarse que si no hace nada y falla.
Alguien puede caer varias veces, pero no será un fracasado sino hasta cuando diga que alguien lo empujó.
Experiencias
Su padre es su gran modelo
El rostro de John Calvin Maxwell brilla cuando cuenta que su padre tiene 92 años, gran vitalidad y que sus consejos y trayectoria lo han inspirado a lo largo de su vida.
Nació en Garden City, Michigan, en 1947. Fue pastor evangélico por 30 años y a la vez empezó a desarrollarse como orador en el área del liderazgo y comunicación, campo al cual se dedica con exclusividad desde 1995, aunque nunca abandona su vida espiritual.
Cuenta que, parte de su disciplina es levantarse a diario, a las 5 de la mañana, a orar, antes de comenzar el día.
Actualmente asesora a compañías que figuran en la lista Fortune 500 y su equipo de trabajo incluye a empresarios y académicos.
Al preguntarle sobre una experiencia exitosa de capacitación en liderazgo, sin dudar cuenta: “Delta Airlines. Hace siete años estaban  en  el capítulo 11 —ley de bancarrota de EE. UU.—, y me preguntaron: ¿Qué hacemos? Estudiamos su caso, les dimos principios, hablamos con su gente, nos reunimos con ellos y los invitamos a buscar su liderazgo. Ellos implementaron el proceso. Tomaron de cabecera uno de mis libros y cinco años más tarde es la aerolínea más grande del mundo”.
Estuvo en Guatemala cinco días para reunirse con diversos sectores sociales para tener datos que le permitan elaborar una propuesta de capacitación colectiva.

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