Soy costarricense, sin embargo tengo suficientes razones parar querer a
México casi tanto como a mi país. Me he torturado varias veces los
últimos días intentado hacer el experimento de "por quién votaria si
fuera mexicano". Ya de por sí es desgastante considerando a los
exponentes de la arena política costarricense como para someterse a
tales prácticas con candidatos y realidades que me son -digámoslo así-
ajenas. Y aunque lo he intentado en repetidas ocasiones, no logro
reflejar en mis juegos perversos lo que haría en la intimidad de la urna
mexicana. Leo y escucho insistentemente las desacreditaciones y
descalificaciones al candidato que parece un trasnochado actor de
telenovelas, pero es que tampoco en la acera de enfrente encontramos las
respuestas. Y aunque posiblemente alcance la conclusión de que no
votaría si fuera mexicano, o bien, buscaría amparo en alguna tendencia
minoritaria o local, creo que vencería más la curiosidad por ver a este
monigote copetón en Los Pinos, que el temor de replicar en mi amado
México las propuestas y tentaciones (y realidades) de la "nueva" izquierda latinomericana deteriorada,
manoseada y devaluada de AMLO.
JVM no es siquiera una opción considerable. Sería solamente cambiar el
jinete que lleva las riendas por la ruta del despeñadero. Además, por el
amor de Dios, soy costarricense, ya tengo suficientes pesadillas y
cólicos por culpa de mujeres gobernando. Lo lamento!
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