Se levantaría sobre estructuras actuales
Edificio inteligente para el Congreso ya tiene forma
Consorcio que lo diseñó dice haber logrado óptimo uso de aire, luz natural y agua
Plan tiene un presupuesto máximo de $76 millones, manejado por el BCR
Un edificio del Congreso que no se preste para
desperdiciar los recursos públicos, donde haya espacio para protestas,
celebraciones y visitas; que no dé verguenza, elegante, moderno, pero
económico.
El diseño de esta sede ya tiene forma: la escogió un
jurado calificador del Colegio de Ingenieros y Arquitectos el 27 de
noviembre y lo dio a conocer ayer el presidente legislativo, Víctor
Emilio Granados.
El consorcio
Salinas, Ventura, Nagel y Araya ganó el concurso de diseño, y ahora,
sobre su planteamiento, el Banco de Costa Rica (BCR) continuará el
proceso de apertura de cartel para elegir a la firma que deberá
construir el inmueble, con un presupuesto máximo de $76 millones.
Para
Granados, esta vez “va a haber edificio, y ¿sabe por qué? Porque se
hacen las cosas como tienen que hacerse. Las decisiones financieras
están en manos del Banco de Costa Rica y las decisiones técnicas están
en manos del Colegio de Ingenieros. Aquí el éxito es que no hay mano de
políticos, fuera mano de políticos”.
¿Cómo sería?
¿Qué tiene de inteligente este edificio? Javier Salinas, vocero del
consorcio, detalló algunas de las características de la propuesta que
enviaron al Congreso.
Entre las cualidades destacó
un aprovechamiento de la luz natural, del agua de lluvia para utilizar
en baños y labores de limpieza, así como de materiales económicos y
amigables con el ambiente.
El inmueble tendría
amplias zonas verdes y dejaría el 90% del espacio transitable para
peatones, en vista de su estructura de dos torres unidas por dos
largueros que contendrían las oficinas de diputados y de las comisiones
legislativas.
La estructura cobijaría los edificios
patrimoniales y, en vez de demolerlos, los integraría en una especie “de
tributo” para convertirlos en museos.
Otro de los
detalles es que el plenario estaría en una bóveda subterránea, lo que
permitiría ahorrar espacio y reafirmaría “la idea de que el pueblo está
por encima de los diputados”, detalló Salinas.
Por
su parte, Karine Nagel afirmó que el diseño se pensó en función de la
ciudadanía y espacios públicos, con jardines y zonas verdes, para
devolverle al Congreso la importancia que se tiene a través de su
infraestructura.
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