Si GUPC sale del proyecto, el Canal entiende que
tendrá la posibilidad de negociar directamente con el fabricante de las
estructuras.
La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) espera contar con las 16 compuertas que utilizará el tercer juego de esclusas, independientemente del resultado de la negociación con Grupo Unidos por el Canal (GUPC), que paralizó las obras de la ampliación el 5 de febrero por problemas de liquidez.
Las estructuras se fabrican en el norte de Italia, en las instalaciones de la empresa Cimolai. De las 16 compuertas que se abrirán para dar paso a los barcos postpanamax, cuatro se encuentran en Panamá, cuatro están terminadas en Italia y las ocho restantes deben estar listas a más tardar en junio.
Al ser Cimolai un contratista de GUPC, el consorcio ha utilizado como arma en la negociación el eventual retraso que causaría una ruptura del contrato.
“La alternativa a la realización de las obras por parte del actual consorcio daría lugar a un retraso, de al menos tres años, el tiempo de espera para la construcción de un nuevo conjunto de compuertas”, dijo a comienzos de año la italiana Salini Impregilo, que conforma el consorcio junto con la española Sacyr, la belga Jan De Nul y la panameña CUSA, y que ha mantenido la posición más intransigente en la negociación, señalan varias fuentes.
El administrador de la ACP, Jorge Luis Quijano, dijo que Cimolai, al contrario que GUPC, no ha reducido en ningún momento el ritmo de trabajo.
Además, estas estructuras gigantes –miden 58 metros de largo, 30 metros de alto y 10 metros de ancho, y cada una pesa 3.500 toneladas– solo se pueden utilizar en la ampliación del Canal de Panamá.
Fuentes de la ACP explicaron que en caso de ruptura del contrato con GUPC, el Canal tendría la opción de negociar con Cimolai.
En una entrevista concedida al medio especializado en ingeniería ENR.com, el administrador de la vía acuática advierte de que “si el plan de GUPC es retener las esclusas para forzarnos a fabricar unas desde cero, eso para mí es extorsión”.
Esa actitud, según Quijano, iría más allá del impacto al Canal de Panamá, “que no solo se está haciendo para Panamá, sino para el mundo. Estados Unidos es el primer usuario, China el segundo y América Latina el tercero. Hay mucho interés internacional en ver este proyecto completado”, apuntó.
La disputa por las compuertas se encendería si finalmente las partes no hallan una solución pactada para inyectar liquidez al proyecto y reanudar las obras, detenidas ya por seis días.
Ayer, bien entrada la noche, los abogados de ambas partes mantenían la comunicación abierta basada en la última propuesta de la ACP, remitida el pasado viernes y en la que se habrían requerido plazos de entrega de las compuertas.
En el seno de la entidad canalera se considera que este será el último esfuerzo para encontrar una solución negociada a una crisis cuya resolución parece cada vez más inminente.
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