El Fondo analizó la capacidad de respuesta de las
autoridades salvadoreñas ante una posible crisis de liquidez en el
sistema, y encontró varias debilidades.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió ayer a El Salvador que su modelo para responder a posibles crisis de liquidez en el sistema bancario es débil.
El Fondo Monetario encontró varios desafíos para las autoridades salvadoreñas, que van desde la dolarización, pasando por un Banco Central de Reserva (BCR) que opera con restricciones, hasta un esquema de atención a bancos en problemas que nunca se ha probado.
“Esta nota discute las debilidades del marco actual y recomendaciones para garantizar que la red de seguridad bancaria funcione de una forma más eficaz y eficiente”, indicó el organismo sobre la nota técnica, que aunque se publicó ayer, se elaboró en noviembre de 2010.
El manejo de la liquidez bancaria en El Salvador descansa en las reservas y en los requerimientos de activos líquidos, explica el FMI.
Los bancos, recuerda, deben mantener cerca del 22% de sus pasivos como reservas en efectivo, y el 3% de sus pasivos como activos líquidos. Estos requerimientos bajan o suben por orden de la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF).
La poca capacidad del BCR ha obligado a las autoridades a exigir más reservas a la banca privada, pero esto es costoso “en términos de eficiencia y asignación de recursos”, y además puede representar “un potencial riesgo sistémico de cara a grandes choques de liquidez”, afirma.
El BCR no puede emitir moneda, por la dolarización, y por ello solo podría inyectar liquidez al sistema si posee reservas de dólares en exceso, de sus pasivos con la banca comercial. Pero, incluso, el Banco Central no ha emitido las regulaciones necesarias para “operacionalizar” esas “pocas alternativas” que le permite el marco jurídico vigente, señala el FMI.
Así, el organismo recomienda que el BCR debe tener más competencias, como permitirle prestar a bancos solventes en casos de crisis de liquidez; lo que también implica otorgarle fondos para ello.
Además, recomienda al Gobierno diseñar e implementar una política de liquidez comprensible, que podría incluir un fondo de liquidez. También sugiere revisar la composición y el nivel de reservas y requerimientos por riesgo de liquidez.
Bancos en problemas
El FMI también analizó los mecanismos para estabilizar a una institución en problemas y la protección de los depósitos.Aunque la Ley de Bancos establece claramente los criterios, términos y medidas para estabilizar a una entidad con problemas, aún no se han emitido regulaciones que faciliten a la SSF el trabajo de dictar medidas preventivas y correctivas.
La Superintendencia, señala el Fondo, no ha emitido requisitos prudenciales de la gestión del riesgo de crédito, riesgo de mercado y las mejores prácticas en gobierno corporativo. Tampoco ha emitido un reglamento sobre el grado de violaciones y penalidades, ni ha definido formalmente las responsabilidades y la intensidad del seguimiento de las acciones correctivas.
“Por ejemplo, la ley exige a la SSF anunciar previamente al banco de problema las medidas de reestructuración que llevará a cabo, y permite al directorio del banco permanecer en sus puestos, incluso después de un intervención”, criticó el FMI.
En cuanto a los depósitos, la nota técnica recomienda fortalecer los fondos de contingencia del Instituto de Garantía de Depósitos (IGD), una entidad que, en caso de que un banco tenga problemas, garantiza el pago de depósitos de hasta US$10.000.
Debilidades y desafíos del esquema
• La red de seguridad bancaria de El Salvador, es decir, la assitencia de emergencia que se puede brindar ante problemas de liquidez en el sistema, enfrenta desafíos particulares debido a la economía dolarizada.• Para hacer frente al riesgo de liquidez sistémico, en el contexto de la dolarización oficial, el BCR debería contar con más competencias y fondos para proporcionar liquidez de emergencia a los bancos.
• El esquema de estabilización de bancos en problemas, que no ha sido probado, y el fondo para garantizar los depósitos, que cuenta con recursos insuficientes, ambos necesitan ser fortalecidos.
• Papeles apropiados y mecanismos formales para controlar y gestionar el riesgo sistémico
y los eventos deben ser puestos en su lugar.
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