¿Costa Rica? ‘Es ¡pura vida...! El país de la felicidad’
Españoles en el mundo emitió un programa diferente en el canal internacional de Televisión Española acerca del modo de vida, las costumbres, las reservas indígenas y el bosque salvaje de Costa Rica. Así fue la filmación...
Rodrigo Calvo C. rcalvo@nacion.com 12:00 a.m. 10/04/2011
Poco tiempo estuvieron en Tiquicia, apenas una semana, y
les quedó grabada la pegajosa muletilla del “¡pura vida!”, que ahora
repiten hasta la saciedad cuando hablan de Costa Rica y lo impresionados
que quedaron con el trato de la gente y las bellezas naturales que los
cautivaron.
Enviados por Televisión Española (TVE), dos miembros del programa Españoles en el mundo, el periodista Luis Calero y el camarógrafo Manuel Manu
Calvo, se adentraron a distintas zonas del país e indagaron las
historias de nueve coterráneos que están igual de encantados y que,
difícilmente, dejarán de convivir en esta tierra que los cobijó.
“Los
entrevistados y sus amigos fueron encantadores con nosotros y unos
buenísimos guías en Costa Rica, ya que conocen el país a la perfección”,
dijo Luis, nacido en Valencia hace 31 años y con 12 de ejercer el
periodismo.
Calero y Calvo son miembros veteranos del
espacio semanal, que tuvo su primera emisión hace dos años, el 23 de
febrero del 2009, y ya lleva 90 programas transmitidos. Es financiado
por TVE, que lo contrata y recibe ya producido por New Atlantis Line S.
L., en Madrid.
Según Calero, la filmación del ¡pura
vida! en Tiquicia fue “muy intensa”, entre el 20 y el 27 de enero,
mientras que “el montaje en Madrid duró unos 10 días”. Salió al aire
hasta fines de marzo, pues había muchos programas acumulados.
Aquí
visitaron parques nacionales, fábricas de surf y mascaradas, reservas
ecológicas públicas y privadas, flora y fauna exuberante y reservas
indígenas.
“Costa Rica nos ha encantado y nos ha
dejado una buenísima impresión, con cero estrés y una naturaleza salvaje
que nos ha impactado tanto a Manu como a mí”, recalcó Calero a la Teleguía.
“Nos gustó el trato de toda la gente. Los ticos son amabilísimos con nosotros y nos han ayudado en todo. Nuestro conductor, Juanjo,
fue un encanto. Solo hemos estado una semana, pero nos ha parecido un
país tranquilo y acogedor”, agregó el comunicador valenciano.
Los
españoles entrevistados confesaron que se instalaron en nuestro país
para iniciar una nueva vida y hasta hallaron el amor. Venían cansados
del estrés y la rutina de España. Aquí todo les pareció extraño, pero
pronto se adaptaron al estilo y ritmo de vida de los ticos.
“Costa Rica, la Suiza centroamericana,
es uno de los países más felices del planeta, con un estilo de vida
propio, relajado y saludable. Uno de los más desarrollados de
Centroamérica, con una flora y fauna únicas en el mundo”, resumió Luis
Calero durante su presentación.
Las historias.
Un
periodista español, Daniel Zueras, con cinco años de vivir en San José,
abrió el programa en la Plaza de la Democracia, frente al Museo
Nacional, donde estuvo el cuartel Villavista, para testificar cómo el
país se convirtió en 1949 en el primero del mundo en abolir el
ejército.
También mostró el Teatro Nacional, el
Mercado Central, el Museo de los Niños, la Plaza de la Cultura, el Gran
Hotel Costa Rica y el nuevo Estadio Nacional.
Por su
lado, Lope Carral, de 26 años y fabricante de tablas de surf, navegó por
el río Tárcoles, plagado por cocodrilos de seis metros a los que
lugareños les dan de comer. Lope visitó a otro ibérico, José, quien
posee un barco en el hotel Los Sueños, en playa Herradura, Puntarenas.
Una
historia fascinante es la del sesentón Vicente Aguilar. Fue fraile
franciscano antes que cocinero. Casado con la alemana Kati, a quien
conoció en Costa Rica en 1982, desarrolló proyectos de Naciones Unidas
en El Salvador, Honduras, Nicaragua y República Dominicana. Aquí
aterrizó hace 16 años y 15 de haber montado un restaurante a base de
humor, música y buena cocina de paellas.
“Costa Rica
es una buena opción para seguir viviendo. Hay mucha calidad de vida. Yo
creo que me quedaré acá, a mi país solo iré de vacaciones”, dijo
Vicente, quien radica en San Pedro de Barva.
Juan
Gómez y su esposa Montse Pérez vendieron hace seis años su tienda
catalana en Palamós y se desplazaron aquí para radicar en la Fortuna de
San Carlos, cerca del Volcán Arenal, entre las aguas termales, lagunas y
cataratas.
“Amo a este país maravilloso que me
acogió como a un hijo. Estoy orgulloso de ser un españolitico... ¡Pura
vida! Me enganchó la forma de ser del tico: nos pareció gente muy
noble”, enfatizó Juan.
Otras zonas.
El
viaje del reportero siguió en Puerto Viejo y Cahuita, y se extendió a
las playas de Cocles, Chiquita, Negra, Punta Uva y Manzanillo, en
Talamanca, Limón.
Allí Encar García y su novio
Sandro, rescatan en el Centro “Jaguar” animales enfermos, huérfanos y
decomisados. “Los rehabilitamos y los reacomodamos a su medio hábitat
natural en las áreas protegidas”, detalló la bióloga catalana.
En
Puerto Viejo, Bruno López llegó desde Cádiz. Allá era maestro y ahora
mantiene a su esposa italiana y cuatro hijos gracias a su empresa de
turismo. “Soy feliz: no molesto ni me molestan. La gente es muy alegre y
la pasa bien. ¿Volver a España? No, aquí estoy muy bien”.
Apasionado
de la cultura indígena, el sexagenario Francisco Pacheco cambió su
matrimonio y oficina de asesoría fiscal en Madrid por la selva. Ahora
trabaja en favor de los bibris, una de las siete etnias indígenas que
quedan en Costa Rica, en especial la reserva de Yorkín, Limón, que es
fronteriza con Panamá.
“Estaba harto de la rutina.
Aquí cambió mi vida. Tengo una esposa indígena que es maravillosa y me
aguanta. Difícilmente volveré a España”, confesó Paco.
El
reportaje no solo dio cifras oficiales del país, sino que resaltó cómo
la afición tica sigue con pasión el pulso entre el Barcelona y el Real
Madrid.
El reportero Luis Calero lamentó el poco
tiempo que estuvo en el país, pues dejó de ir a sitios que hubiesen
enriquecido aún más el documental.
“Nos hubiera
gustado poder entrevistar a más españoles, ya que muchos se pusieron en
contacto con nosotros, pero no hemos tenido tiempo para más. Algún día,
en el futuro, esperamos conocer la península de Osa, Corcovado, playas
de Guanacaste, Tortuguero y otros lugares mágicos de Costa Rica. Un
saludo desde España. Y ¡pura vida!”, se despidió. 1
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