Minisatélite hecho en Costa Rica surcará el cielo en el 2016
POR Monserrath Vargas L.
/ movargas@nacion.com
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El proyecto costará ¢759 millones y tiene apoyo del TEC y del Minae, entre otros
Transmitirá datos sobre los flujos de CO2 en el bosque seco de Guanacaste
El picosatélite se dio a conocer ayer durante una reunión en Casa Presidencial. En la foto, Alejandro Blanco, vicepresidente de ACAE; Johan Carvajal, profesor del Instituto Tecnológico de Costa Rica; la presidenta Laura Chinchilla y, Adriana Chavarría, encargada de comunicación de ACAE. | MAYELA LÓPEZ
Transmitirá datos sobre los flujos de CO2 en el bosque seco de Guanacaste
El picosatélite se dio a conocer ayer durante una reunión en Casa Presidencial. En la foto, Alejandro Blanco, vicepresidente de ACAE; Johan Carvajal, profesor del Instituto Tecnológico de Costa Rica; la presidenta Laura Chinchilla y, Adriana Chavarría, encargada de comunicación de ACAE. | MAYELA LÓPEZ
Un picosatélite (conocido así por su escaso peso de 10
kg) promete colocar a Costa Rica y Centroamérica en el mapa
aeroespacial.
La misión que lo llevará fuera del
planeta será ejecutada en el 2016 por parte de la Asociación
Centroamericana de Aeronáutica y del Espacio (ACAE), con ayuda de
socios estratégicos como el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) y
el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).
El
anuncio se hizo ayer en la Casa Presidencial, en Zapote, cuando se
mostró una maqueta en tamaño real del dispositivo y se entregó un
resumen ejecutivo a la presidenta Laura Chinchilla.
Los encargados de ACAE trabajan en este satélite desde el 2009 –a través de investigaciones y lanzamientos de globos aeroestáticos – con el fin de promover el desarrollo de una industria de ese tipo en la región.
Utilidad.
¿Por qué es importante este pequeño satélite? Según Carlos Alvarado,
presidente de ACAE, con él se pretende demostrar que en el país
existe la capacidad para construirlos.
En un
principio, el dispositivo tendrá la labor de retransmitir datos cada
día sobre cómo se comportan los flujos de dióxido de carbono en el
casi extinto bosque seco, del cual hay una zona en Santa Rosa de La
Cruz, Guanacaste.
Sin embargo, también se planea
que en el futuro el satélite sea una herramienta para encaminar a Costa
Rica en su meta de ser “carbono neutral”, ya que permitiría recolectar
información valiosa sobre emisiones, explicó .
“No
hay muchas naciones con esta capacidad (de lanzar un satélite); esto
definitivamente hace que Costa Rica se una a los países con capacidades
de investigación aeroespacial”, comentó Sandra Cauffman, ingeniera
costarricense y subdirectora del proyecto de la NASA para investigar la atmósfera de Marte (Maven).
Cauffman detalló que el picosatélite es importante en términos de
estrategia pues brinda una ventaja. “A largo plazo podría eliminar la
dependencia del intercambio de cierto tipo de información con países
extranjeros y garantizaría así la seguridad de la información”.
Proceso.
El TEC será responsable de los sensores que irán dentro del
satélite y de mantener funcionando la infraestructura que permitirá
recolectar información de flujos de dióxido de carbono en Guanacaste,
así como de enviar estos datos al satélite para su almacenamiento y
posterior distribución a sitios específicos (centros de investigación).
“Ese es el reto que queremos asumir con la
participación de estudiantes y profesores. Construir sensores y fuerza
energética que llevará el satélite, para ser autosostenible. También
realizaremos la programación necesaria”, explicó Julio Calvo, rector del
TEC.
La inversión de capital humano en esta tarea
permitirá impulsar la innovación, según Calvo. Además, el desarrollo del
picosatélite obligará a los investigadores a “desarrollar otro tipo de
aplicaciones, que a la larga resultarán útiles para la sociedad y la
industria”.
La construcción del dispositivo tiene un costo de $1,5 millones (¢759 millones, aproximadamente).
El lanzamiento debería efectuarse en otro país pues acá no existe la
infraestructura para llevar a cabo una tarea de ese tipo. “Para
lanzarlo, nosotros podríamos contratar un servicio o inclusive hacer un
convenio de cooperación con una agencia espacial. Hemos tenido
acercamientos importantes con los coreanos, con la NASA, o incluso lo
podríamos hacer por medio de alguna empresa privada”, aseguró Alvarado.
Además de los socios estratégicos que ya tiene el proyecto, el
planeamiento del satélite tuvo el apoyo de la empresa del astronauta
tico Franklin Chang, Ad Astra Rocket, y también el de su hermano Ronald Chang, así como de la ingeniera Sandra Cauffman.
Retos. El ambicioso proyecto del picosatélite impondrá retos a cada uno de los actores que le darán vida, e incluso a Costa Rica.
Cauffman señaló que uno de ellos será la necesidad de obtener apoyo
económico para el proyecto, ya que sin ese respaldo será difícil que
las iniciativas de este tipo puedan llegar lejos.
La científica costarricense destacó que, desde su punto de vista, “se
debe educar al Gobierno y a la población para que entiendan que la
creación de este satélite tendrá ventajas económicas futuras, pero que
no serán visibles en el corto plazo”.
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