Los Presidentes más corruptos de Latinoamérica

La desafortunada y triste cara oscura de nuestra región.

Aunque es un tema ríspido, la realidad y las conversaciones cotidianas dictan que Latinoamérica es una tierra fértil para el crecimiento de la corrupción. No hablamos de izquierdas, derechas, ideologías o creencias religiosas.

Me lavo las manos y recojo una lista que algún afiebrado internauta colgó en el internet. Yo no quitaría a ninguno de ellos, pero le sumaría algunos muchos.

Disfruten. Perdón, hiervan esos hígados.

CA Live!

Carlos Saúl Menem (Argentina 1989-99)

Un corrupto de ligas mayores que llevó a Argentina de ser un prospecto de potencia mundial a un país de crisis permanentes.
Se enriqueció ilícitamente mediante la privatización de empresas estatales (como los ferrocarriles y el servicio de agua potable), vendiéndole armas a Croacia en 1991 y a Ecuador en 1995 -cuando ambos países estaban en conflictos bélicos- y apropiándose del dinero prestado por el Banco Mundial al gobierno argentino. Además indultó a una gran cantidad de militares involucrados en violaciones a los DDHH durante la dictadura de Videla, dejando una gran cantidad de crímenes en la impunidad absoluta.
Actualmente se encuentra libre y transhuma entre Argentina y Chile a pesar de las numerosas órdenes de captura y procesamientos judiciales, los cuales no le han impedido tratar de volver a la política en reiteradas ocasiones y de figurar como un personaje recurrente de la farándula debido a su “matrimonio” con la ex Miss Universo chilena Cecilia Bolocco.

Carlos Salinas de Gortari (México 1988-94)

Su gobierno estuvo marcado por constantes acusaciones de corrupción, las cuales finalizaron con más de 600 funcionarios públicos procesados por corruptos. Se le acusa de blanquear millones de dólares provenientes del narcotráfico y de haber tenido cercanos nexos con los carteles de la droga, los cuales habrían contribuido a su inexplicable enriquecimiento al igual que la privatización del gigante de las telecomunicaciones Telmex y de la banca mexicana.
Además, se le acusó de fraude e intervención electoral y de estar involucrado en el asesinato de una mujer en 1951 y en la muerte candidato a la presidencia de México Luis Donaldo Colosio en 1994.

Manuel Antonio Noriega (Panamá 1983-89)

Dictador bananero por antonomasia, Noriega es uno de los personajes más infames de la historia latinoamericana. Mantuvo cercanos nexos con la CIA durante el gobierno de Reagan quien, al enterarse de que también mantenía vínculos con los servicios secretos cubanos, trató de deponerlo mediante un fallido golpe de estado que dejó centenares de muertos. Fue acusado de narcotráfico y de venta ilegal de armas, pero sin duda alguna, la “obra” más recordada de Noriega fue la creación de la infame Escuela de las Américas en conjunto con Richard Nixon, en la que se enseñaba a reprimir a los florecientes movimientos revolucionarios latinoamericanos y a la cual asistieron alumnos ilustres como Augusto Pinochet, Hugo Banzer y Rafael Videla.
Finalmente en 1992 y en base a una ficción jurídica, Noriega fue condenado por un juzgado de Florida por narcotráfico y blanqueo de dinero, aunque todos sabemos que su principal crimen – a ojos gringos – fue desobedecer las órdenes de Washington, quienes veían en Noriega un custodio ideal de sus intereses en el Canal de Panamá.

François Duvalier (Haití 1957-71)

Sin duda alguna, el más terrorífico de los dictadores americanos. Gobernó Haití con mano de hierro y mantuvo a la oposición controlada mediante recurrentes exilios, torturas y asesinatos.
Su principal fuerza de choque era la organización paramilitar conocida como los Tonton Macoutes, quienes tenían por misión defender la buena honra de su jefe a machetazo limpio, imponiendo el terror en la población haitiana. Sin embargo, y a pesar de la brutalidad del actuar de los Macoutes que te partían en dos sin mediar provocación alguna, Duvallier aterrorizaba a la población haciéndose pasar por el Barón Samadi – una tradicional figura vudú – imitando su forma de vestir y de actuar y haciendo creer a los haitianos que era una especie de deidad mágica.
Se calcula que fue responsable de la muerte de más de 30.000 haitianos y su administración convirtió a Haití en el país más pobre de América. A su muerte en 1971, fue sucedido por si hijo Jean-Claude, derrocado en 1986 por una insurrección popular, en la cual el cuerpo de François Duvallier fue exhumado y apaleado ritualmente. Una maravilla.

Anastasio Somoza (Nicaragua 1967-72 y 1974 -79)

“Tachito” pertenecía a una dinastía de dictadores nicaragüenses iniciada por su padre Anastasio en 1934, continuada por su hermano Luis en 1956 y finalizada por él en 1979, superando con creces los antecedentes criminales de sus familiares.
Anastasio Jr. fue acusado de enriquecerse ilícitamente a costa del Estado de Nicaragua y de reprimir violentamente a la oposición mediante torturas y asesinando a más de 30.000 nicaragüenses. Se estima que Somosa habría adquirido más de 130 propiedades – solamente en Managua -, casas en Miami, Washington y Costa Rica, alrededor de diez haciendas y un buen número de empresas, entre las que se encontraban las Líneas Aéreas de Nicaragua.
El presidente estadounidense Jimmy Carter, quien asumió en 1977, propició la caída de Somoza a través de su política de “Respeto a los Derechos Humanos” ( y no es chiste) la cual puso en la palestra la forma en la que Somosa estaba ejerciendo el poder. Claro, si lo dice un gringo tiene que ser verdad.
Anastasio Jr. renunció a la presidencia y partió hacia el exilio en 1979 radicándose en Paraguay, país en el que vivió hasta su muerte producto de un bazukazo en 1980.

Augusto Pinochet (Chile 1973-90)

Su gobierno comenzó luego de encabezar el golpe de estado de 1973 en contra del gobierno del presidente socialista – primer gobierno socialista en ser elegido democráticamente – Salvador Allende. Gobernó el país durante 17 años sin dejar espacio alguno para la oposición. Creó dos organismos represivos, la CNI y la DINA, con el propósito de desarticular a cualquier grupo contrario mediante la tortura y el asesinato.
Además de los incontables crímenes en contra de los DDHH, Pinochet privatizó casi la totalidad de las empresas pertenecientes al Estado de Chile, la educación, la salud y la previsión, asegurándose una buena tajada de billetes verdes en dichas operaciones los cuales mantenía en diversas cuentas secretas en Estados Unidos hasta el año 2004.
Estuvo detenido en Londres durante el año 1998 por una orden de captura internacional emitida desde España por Baltasar Garzón pero quedó libre y volvió a Chile para ocupar un puesto en el Senado. Se le trató de juzgar en innumerables ocasiones y se le procesó por muchas causas pero jamás se le pudo encarcelar hasta su muerte en el año 2006.