Magnate propietario del Mónaco, coleccionista aficonado
Mayo 31 de 2013 - 6:06 pm
El ruso Dmitri Rybolovlev tiene una fortuna, según la revista Forbes, de unos 9.500 millones de dólares, lo que le convierte en uno de los hombres más prósperos de Rusia y lo ubica entre los cien más ricos del mundo.
Rybolovlev es un multimillonario aficionado a coleccionar obras de
genios de la pintura, islas griegas y ahora futbolistas, que recuerda al
Román Abramóvich de sus inicios en el Chelsea.
"Estamos muy orgullosos de firmar un contrato con uno de los mejores
futbolistas del mundo", afirmó hoy Rybolovlev tras el fichaje del
delantero colombiano del Atlético de Madrid, Radamel Falcao.
Como su propio apellido indica, Rybolovlev significa "pescador", al
magnate ruso no hay pieza que se le resista, como ha demostrado desde
que se licenciara en cardiología justo antes de la caída de la URSS en
su Perm natal (Urales) en 1990.
Todo empezó con la empresa que fundó junto a su padre "Magnetiks", pero
la desintegración soviética abrió un gran abanico de oportunidades para
los hombres de negocios amantes del riesgo y el dinero fácil a través
de las fraudulentas privatizaciones.
Tras realizar un curso de corredor de bolsa, Rybolovlev creó su primera
empresa inversora en 1992 y a partir de ahí fue creando un emporio
empresarial, cuyo joya de corona era el consorcio de producción de
fertilizantes Uralkalia.
En unos pocos años, Rybolovlev convirtió a la compañía en un gigante
mundial que controlaba un tercio de la exportación de abonos potásicos
con una capitalización de 35.000 millones de dólares. Las malas lenguas
dicen que en 1996 Rybolovlev se pasó casi un año en la cárcel tras ser
acusado del asesinato de un empresario, aunque un tribunal lo absolvió
finalmente de todos los cargos. Cuando estaba en la cima, Rybolovlev
decidió sorprendentemente vender sus acciones en Uralkalia por unos
5.000 millones de dólares a otro magnate, Suleimán Karímov, actual
propietario del Anzhí Majachkalá, y adquirió el paquete de control en el
Banco de Chipre, el mayor de la isla, donde residió durante un tiempo.
Según la prensa local, la salida de Rybolovlev estuvo relacionada con
las presiones a las que le sometió el Kremlin, que quería que el magnate
compartiera los beneficios. Un año después, en diciembre 2011, compró
el Monaco, un equipo hundido en cola de la segunda división francesa y
con el italiano Claudio Ranieri en el banquillo consiguió devolverlo al
lugar que merece un club con siete títulos de liga en su haber.
Una vez logrado el ascenso, el ruso ha cumplido con la promesa que le
hizo a Alberto de Mónaco y en cuestión de dos semanas se gastó la
friolera de 70 millones de euros en dos jugadores del Oporto, el
portugués Joao Moutinho y el colombiano James Rodríguez. Además,
contrató a los lusos Carvallo y Coentrao, que militaban en el Real
Madrid, y ahora ha consumado el plan del nuevo rey Midas del fútbol
europeo con la contratación de Falcao, operación que podría rondar los
60 millones de euros.
Rybolovlev no quiere sólo romper la hegemonía del PSG de Ibrahimovic,
sino conquistar el continente como su compatriota Abramóvich, que ha
logrado dos ligas inglesas, una Liga de Campeones y una Liga Europa,
entre un total de 11 trofeos desde 2003.
Residente en una mansión monegasca de "Belle Epoque" que compró por
unos 300 millones de dólares, el dueño del Monaco se ha hecho famoso por
sus excentricidades, entre las que figura la compra de varias islas
griegas. Según la prensa, en medio de la crisis griega, la única
heredera del armador griego Aristoteles Onassis, Athina, decidió vender a
Rybolovlev la isla de Skorpios, escenario de la boda de su padre con
Jacqueline Kennedy.
En la isla, que según la prensa le costó al multimillonario ruso un
desembolso de 100 millones de euros, está enterrado el propio Onassis.
Rybolovlev también es propietario del apartamento más caro de Nueva York
y previsiblemente del mundo por el que pagó unos 88 millones de
dólares, un récord histórico en la Gran Manzana, como regalo para su
hija Ekaterina.
Además de ese ático con vistas a Central Park y una terraza de 200
metros cuadrados, Rybolovlev también compró la mansión de Donald Trump,
Maison de L'Amitie, en Palm Beach (Florida) por 95 millones de dólares y
que se la ha cedido a su exmujer.
Rybolovlev es considerado uno de los mayores coleccionistas del mundo
en piezas de arte de los genios de finales del siglo XIX y principios
del XX, como Picasso, Van Gogh o Gauguin, adquisiciones que la han
costado varios cientos de millones de dólares.
El magnate tiene dos espadas de Damocles sobre su cabeza: el proceso de
separación con su esposa, que le exige la mitad de su fortuna, y la
inquietud que el ascenso del Monaco ha despertado en el resto de clubes
de la liga francesa.
Al ser Mónaco un principado, el equipo monegasco parte con ventaja en
materia de impuestos, más aún tras las draconianas medidas de aumento de
la presión fiscal adoptadas por el Gobierno socialista y que provocaron
la emigración a Rusia de Gerard Depardieu. La Federación francesa, a la
que algunos han llamado a revocar el ascenso del Mónaco, ha entablado
negociaciones con representantes de Rybolovlev para llegar a un acuerdo
antes el inicio del campeonato galo.
EFE
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