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martes, 18 de febrero de 2014

El Salvador: Débil crecimiento económico limita el ahorro para pensiones


Fuente: El Mundo (El Salvador) Lunes, 17 de Febrero de 2014 11:53
La economía debe crecer más para generar más empleos y tener mejores salarios. Advierten que sólo el 23% de la PEA cotiza al SAP.

La débil economía no permite al país aprovechar su bono demográfico, pues el desempleo y subempleo afecta más a los jóvenes.
El Sistema de Ahorro Previsional (SAP) también se enfrenta actualmente al desafío del bajo crecimiento económico que históricamente ha caracterizado a El Salvador y que genera un efecto dominó para los cotizantes a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).
Los expertos consultados señalan que el poco crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), que en la última década ha sido de 2% anual, en promedio, limita la creación de empleos formales y, por ende, la cobertura del sistema. Al mismo tiempo, no promueve el pago de mejores salarios, y esto, en parte, influye para que las cotizaciones y las pensiones sean bajas.
En el SAP, cada cotizante tiene su propia cuenta de ahorro previsional y no es un fondo común, como en el sistema público, que desde 1998 no acepta a más afiliados. Los recursos que mes a mes aportan empleado y empleador no están estancados, las AFP los invierten en instrumentos financieros autorizados por la ley que regula al sistema. Por ello, la pensión que se reciba al final de la vida laboral dependerá, por un lado, de las contribuciones y, por el otro, de la rentabilidad que se haya obtenido con las inversiones en las que se hayan colocado los fondos de pensiones.
“Si la economía es capaz de generar empleos suficientes y la gente accede a trabajos formales, lo que va a tener es un mayor número de personas cotizando de forma regular, reflejando las condiciones salariales de las personas”, señala René Novellino, director ejecutivo de la Asociación Salvadoreña de Administradoras de Fondos de Pensiones (Asafondos).
Las estadísticas sobre los cotizantes a las AFP son un reflejo del comportamiento del mercado laboral, subraya.
En El Salvador, sin embargo, la realidad es otra. Novellino indica que el 50% de la Población Económicamente Activa (PEA, es decir, que realiza alguna actividad económica u ofrece su fuerza de trabajo al mercado laboral) está en el sector informal y, por lo tanto, no cotiza al SAP.
“La formalización de la economía significaría que El Salvador tendría que tener tasas de crecimiento económicos superiores a las que tiene, como para ir incorporando a las personas en el sector formal”, considera Novellino.
Según la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples (EHPM) de 2012, elaborada por la estatal Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc), la PEA representó el 43,6% del total de habitantes, unos 2.7 millones de salvadoreños. Sin embargo, según la Fundación Dr. Guillermo Manuel Ungo (Fundaungo), solo el 23% de esta población cotiza al SAP. Hasta septiembre, según la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF) habían 645.640 cotizantes al SAP.
Novellino añade que la mayoría de los salvadoreños devengan sueldos inferiores a los US$500, lo que también hace difícil la posibilidad de que, en un futuro, cuando la ley ya lo permita, el cotizante pueda hacer aportes voluntarios a su cuenta de ahorro previsional.
Según la EHPM de 2012, los ingresos promedio mensuales de los hogares salvadoreños son US$506,91.

Bono demográfico no se aprovecha

Este bajo desempeño de la economía también está haciendo que El Salvador desaproveche el llamado bono demográfico. Este bono implica no es más que una transición en la composición de la población por grupos de edad, en la que los habitantes en edad de trabajar son más que los dependientes, es decir, niños y adultos mayores.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) afirma que el bono demográfico que experimentan todos los países de la región es una ventana de oportunidad para “aumentar las tasas de crecimiento económico per cápita y los niveles de bienestar de la población”.
De nuevo, indican los expertos, el mercado laboral en el país sigue reflejando el lento crecimiento de la economía, y los jóvenes son los más afectados: la tasa de desempleo juvenil en 2012, según la EPHM, alcanzó el 10.6%, una tasa 4.53 puntos superior a la general, que fue de 6,07% para ese año.
Al respecto, la coordinadora de Programas de Estudios sobre Políticas Públicas de Fundaungo, María Elena Rivera, opina que para aprovechar esta transición demográfica se deberían generar empleos formales, para que las personas se eduquen en ahorro previsional.
La experta opinó que “el bono demográfico es una oportunidad, siempre y cuando hayan las condiciones de empleo y educación necesarios para poderlo aprovechar (…); si no se toman las condiciones de vida para brindar una seguridad social y pensión para una vida digna, habrá una población envejecida y pobre”, advirtió.
Según datos de la CEPAL, en 2010, el 61% de la población se encontraba entre los 15 y 65 años, mientras los menores de 0 a 14 años representaron el 32% y los mayores de 65 años fueron el 6.9%.
En 2040 se espera que el 12,1% de los salvadoreños tengan más de 65 años, el 19,5% tengan menos de 14, mientras la población en edad productiva represente el 68,4%.
En el quinquenio de 2010 a 2015, la CEPAL estima que la población menor a los 14 años se reduzca 16,8%, mientras la de 15 a 59 años crezca 15,1%. Pero, la población mayor a los 60 años crecerá más, a un ritmo del 19,9%. En el quinquenio de 2020 a 2025, la tasa de crecimiento de los menores de 14 años seguirá siendo negativa, mientras la población mayor de 60 años crecerá 26,6%.
Este comportamiento se debe a una mejor calidad de vida, que reduce los fallecimientos, y a una menor tasa de natalidad. En el quinquenio 2010-2015, la tasa de natalidad será de 19,8 por cada 10.000 habitantes, y bajará a 12.5 en el quinquenio 2040-2045.

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