La pérdida de la patente de uno de los medicamentos más vendidos del mundo, el anti-hipertensivo Lipitor, sigue pasando factura a Pfizer. La multinacional estadounidense, que se consolidó en los ‘90 como uno de los mayores laboratorios gracias a uno de sus mayores productos, el Viagra, perdió el liderazgo del mercado farmacéutico en manos de la también estadounidense Johnson & Johnson (J&J). El grupo registró ingresos por US$ 63.352 millones el año pasado, 10% más que Pfizer, la que redujo sus ventas en 13%, señaló el diario español Expansión.
Sin embargo, Pfizer escaló posiciones hasta convertirse en líder por utilidades al obtener US$ 14.194 millones, un 46% más que en 2011, gracias a la venta de su división de nutrición infantil a Nestlé.
J&J escapó de la caída generalizada de los beneficios debido a operaciones corporativas. J&J, que también tiene intereses en diagnóstico, industria química y productos de cuidado personal, compró el fabricante de implantes e instrumental médico Synthes por US$ 19.660 millones. Ahora estudia la venta de su división de diagnóstico, que le aporta ingresos anuales cercanos a US$ 2.000 millones.
Durante el primer trimestre de este año, la firma reportó utilidades mejores a las esperados por US$ 3.500 millones gracias a nuevas medicinas para el cáncer, la hepatitis C y coagulantes. Sin embargo, la cifra fue menor a los US$ 3.910 millones del mismo período del año anterior.
Su rival Pfizer, en tanto, obtuvo utilidades por US$ 2.750 millones en el período enero-marzo, lo que estuvo por sobre de los US$ 1.790 millones del año anterior cuando tuvo una reestructuración y cobros legales.
Buscando rentabilidad
Las dificultades para descubrir nuevos medicamentos que sean éxito de ventas, y el creciente costo del desarrollo de fármacos están llevando a los laboratorios a buscar la rentabilidad escindiendo parte de su negocio.
La posibilidad de que J&J venda su unidad de diagnóstico se suma a la decisión de Pfizer de escindir su negocio de productos veterinarios en una empresa independiente, y de Abbott, que hizo lo mismo el año pasado con su filial de medicamentos.
Los laboratorios europeos redujeron su beneficio de forma generalizada el año pasado. La peor parte se la llevó la británica AstraZeneca, cuyas ganancias cayeron 37%. La compañía nombró a un nuevo CEO para tratar de hacer frente a la pérdida de patentes en los próximos meses.
La competencia de los genéricos también ha arrastrado las cuentas de la británica GlaxoSmithKline (GSK) y la francesa Sanofi, que augura una caída de ingresos este año porque algunos de sus medicamentos más vendidos dejan de estar patentados.
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