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domingo, 2 de junio de 2013

Bajar dolarización de Costa Rica sería una labor larga y difícil

Una cartera de crédito vulnerable a fluctuación cambiaria enciende debate



La economía ha transitado durante tres décadas un camino que la llevó a un alto nivel de dolarización de hecho.
Sin embargo, “ya no más” dijo Rodrigo Bolaños, presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), a un grupo de banqueros y miembros del sector financiero reunidos en el Club Unión el 22 de mayo pasado. Manifestó que es momento de poner marcha atrás, especialmente en lo que a la cartera de crédito respecta.
Este viraje es posible hasta cierto grado, coinciden los expertos. Sin embargo, el proceso para desandar el camino será largo y tortuoso.
Y, en la definición de la ruta más certera, hay menos acuerdos.
El Central apuesta a que los precios de activos y pasivos en moneda extranjera reflejen los riesgos cambiarios. Los banqueros prefieren que se ataque el déficit fiscal para abaratar los créditos en colones.
Es claro que la desdolarización requerirá poner de cabeza las señales que han guiado las decisiones económicas de los costarricenses.
La apertura de la cuenta de capitales dio vía libre al ingreso y tenencia de dólares. La inflación superior a los dos dígitos colocó peligros en la ruta del colón. Entonces, la decisión fue lógica, refugiarse en la moneda extranjera.
El dólar no solo ganó terreno como inversión, también se hizo con más espacio en los escaparates. Los precios de computadoras, casas y automóviles están denominados en dólares.
Desde el impuesto de salida del país hasta la tarifa por servicios de Internet del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), los billetes verdes están presentes en el tarifario del Gobierno.
Un 48,8% de la cartera de crédito del Sistema Financiero Nacional está en moneda extranjera y el porcentaje crece.
Entre diciembre del 2012 y el mismo mes del 2011 los préstamos en dólares aumentaron un 19%.
La penetración de la moneda estadounidense en otros sectores del sistema financiero es menor. En el mercado de valores, un 39% de las liquidaciones efectuadas durante el 2012 fueron en dólares y el principal fondo de pensiones del país invierte un 12% de sus recursos en esta moneda.
El arsenal del Central
El peso del dólar en el negocio de la intermediación convirtió a las entidades financieras en la primera parada del Central en el camino de la colonización.
La autoridad monetaria instauró este año un tope al crecimiento del crédito en general, pero dirigido especialmente a los préstamos en dólares.
Desde diciembre del año pasado, la cartera en la moneda estadounidense ha crecido un 1,7%, según se desprende de cifras facilitadas por el BCCR.
“El Conassif debería dar los primeros pasos desde el punto de vista de supervisión y regulación a hacer diferencias que reflejen ese mayor riesgo que el país y los clientes del sistema financiero tienen por la dolarización de hecho”, aseguró Bolaños en la actividad organizada por la Academia de Centroamérica con motivo del 30 aniversario de la Asociación Bancaria Costarricense (ABC).
La Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) trabaja en una serie de reformas que pretenden compensar los riesgos cambiarios y de crédito que hoy preocupan al Central.
El primer paquete de cambios incluye la separación de calces por tipo de moneda y el cálculo de un coeficiente de liquidez. Estos instrumentos pretenden reducir la exposición del sistema a riesgos de efectivo.
Además, la propuesta incluye medidas para atacar el riesgo de crédito como la aplicación de pruebas de estrés a deudores, estimaciones genéricas y cambios en las calificaciones.
La forma en que los bancos administran el riesgo cambiario y el de incumplimiento derivado de las fluctuaciones en el tipo de cambio, no es la única preocupación para los reguladores.
A estos factores se une el fondeo mediante préstamos con entidades del extranjero.
Esta fuente de dinero, atractiva por las bajas tasas de interés reinantes en los mercados desarrollados, creció un 28,3% en diciembre del 2012 en comparación con el mismo mes del 2011. Más que el 16% registrado entre el 2011 y el 2010.
Aunque el peso de las obligaciones con entidades del exterior suele pesar más en los pasivos de los bancos privados, en los últimos años la banca pública ha obtenido más dinero foráneo.
En diciembre del 2010, los préstamos con bancos internacionales representaban un 3,5% del fondeo de los bancos públicos; dos años después el porcentaje creció a 6,8%.
El largo brazo de la regulación
Aunque el nivel de dolarización en otros sectores del mercado financiero es menor comparado con el bancario, ninguno se escapa a la mirilla de los reguladores.
El análisis del riesgo en los portafolios en moneda extranjera de fondos de inversión y pensiones, y su gestión con instrumentos de cobertura es uno de los puntos por revisar.
Como inversionistas institucionales estos fondos pueden influir en el comportamiento de los mercados de deuda y cambiario, y “es importante asegurarse de que su comportamiento en periodos de estrés no agrave la situación y, por el contrario, ojalá se pudiesen convertir en mecanismos de estabilización”, comentó José Luis Arce, presidente del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif).
En el caso del mercado de valores, la atención se concentra en mecanismos de endeudamiento de corto plazo como las recompras –cuando son realizados en moneda extranjera– pues pueden estar sujetos a riesgos crediticios similares a los de los bancos.
Varios de los cambios de supervisión anunciados tenderían a aumentar los costos de los créditos pues elevan el costo administrativo de los bancos y las estimaciones que deben reservar.
Y este es precisamente uno de los argumentos en contra de la receta que aplican actualmente el Central y los reguladores.
“Me parece incorrecto encarecer el crédito en dólares mediante medidas artificiales, como impuestos, encajes y otras macroprudenciales, sin atacar antes las causas de la dolarización: las diferencias en las tasas de interés”, opinó Jorge Guardia, expresidente del Banco Central.
Abaratar el crédito en colones
La brecha entre el interés que pagan los préstamos en dólares –determinado por tasas externas bajas– y el costo de endeudarse en colones –elevado por el déficit fiscal y la inflación– favorece la dolarización de las carteras.
Durante el 2012 las tasas de interés crecieron hasta que la Tasa Básica Pasiva (TBP) alcanzó un 11% en octubre, mientras que en dólares se mantenían con niveles históricamente bajos.
No obstante, los esfuerzos por reducir la TBP, y así desahogar la carga de los deudores, es limitada por la necesidad de financiamiento del Gobierno.
Gracias a la colocación de los eurobonos, la presión de Hacienda en el mercado local ha sido menor este año y la TBP ha mantenido una tendencia a la baja, hasta llegar la semana pasada a 6,65%.
El financiamiento local de Hacienda bajó de un 2,23% del PIB en abril del 2012, a 0,30% este año. Aún con ese cambio, el hueco financiero equivale a casi un 4% de la producción.
“Es importante corregir la causa fundamental: el déficit fiscal. El resto de medidas que emprenda la Sugef o el BCCR serán solo paliativos”, opinó el economista Ronulfo Jiménez.
Dos proyectos de reforma fiscal, necesaria para cerrar la brecha entre ingresos y gastos del Gobierno, han estado a punto de ver la luz en la Asamblea Legislativa, pero fracasaron en el último momento por errores de procedimiento.
Convivencia
Elevar la confianza de los individuos en la capacidad del colón para mantener su valor en el tiempo es otro frente de acción. Tal vez el que requerirá de más tiempo y esfuerzo.
Con cuatro años de mantener la inflación entre los límites de su rango meta, el BCCR ha logrado construir cierta confianza entre los agentes económicos. Sin embargo, el proceso es largo, pero fundamental.
“El grado de dolarización es significativo y posiblemente cuando se quiera disminuir va a requerir cierto tiempo. Lo fundamental para el proceso es la confianza que se tenga en moneda nacional”, aseguró Eduardo Lizano, expresidente del BCCR.
Elevar la confianza en el colón requiere que este demuestre más fortaleza ante el dólar, y si esto se traduce en un mayor valor, traería pérdida de competitividad para las exportaciones nacionales.
La última parada en el camino de la desdolarización no será el destierro de la moneda estadounidense pues la apertura de la cuenta de capital garantiza que, aunque en diversos grados, esta convivirá con el colón.
Dejar de usar el dolar pasaría por que las empresas extranjeras trasladen sus contratos de alquiler que tienen con los fondos inmobiliarios, hasta que los vendedores de casas utilicen más dígitos en los precios de venta de sus productos por usar el colón.
“Hace décadas decidimos abrir nuestra cuenta de capital. Se puede bajar nivel de las carteras que podría ser excesivo, pero definitivamente tenemos que vivir con el dólar”, argumentó José Rafael Brenes, gerente de la Bolsa Nacional de Valores.
Sin duda, es una convivencia delicada cuyas reglas están bajo revisión de los reguladores, y en la mira del Banco Central.

Dólares en el sistema financiero

Penetración de la divisa en diversos sectores de la economía costarricense

49%. Porcentaje de la cartera de créditos dolarizada en el sistema financiero de Costa Rica.
$8.787 Millones en préstamos del Sistema Financiero Nacional a mayo del 2013.
78%. Porcentaje de los créditos en dólares otorgados por los bancos privados.
32%. Porcentaje de los créditos en dólares otorgados por los bancos públicos.

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