Nicaragua tiene un potencial de entre 1.500 y 2.000 megavatios en energía geotérmica, informó recientemente el ministro de Energía y Minas, Emilio Rappaccioli.
En Nicaragua, la central San Jacinto Tizate, ejecutada por la empresa Polaris Energy, es el proyecto más emblemático en materia de geotermia y proyecta generar 72 megavatios con sus dos turbinas.
Centroamérica, que tiene un potencial explotable de 5.000 megavatios de energía geotérmica, dispone ahora de una oficina regional con sede en El Salvador, para promover el uso, investigación y desarrollo de esa fuente energética.
La oficina, promovida por la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional, GIZ, y que tiene la cooperación del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, se creó en el marco del programa Energías Renovables y Eficiencia Energética en Centroamérica 4E.
La geotermia es la segunda fuente importante en recursos renovables para producir energía en la región, indicó la GIZ.
Desde la nueva oficina los Estados pretenden fortalecer y desarrollarán el potencial que existe en energía geotérmica para incrementar las capacidades científicas y tecnológicas de las entidades gubernamentales, instituciones y del sector privado, dedicados a esta fuente de energía.
El Salvador no invierte en energía limpia desde hace 3 años
El Salvador es el único país de la región que no ha invertido en energía limpia desde 2009, según un informe del Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), adscrito al BID y presentado la semana anterior en un foro centroamericano organizado por la escuela centroamericana de negocios INCAE, en Costa Rica.Los demás países del Istmo han invertido millones de dólares en proyectos con los que pretenden depender menos del petróleo, aumentar la capacidad de energía y abaratar el precio al consumidor.
Solo en 2011 Costa Rica invirtió US$341 millones en energías renovables, mientras que Nicaragua invirtió US$211 millones, Guatemala, US$118 millones, Honduras US$116 millones y Panamá US$31 millones.
En cambio El Salvador apenas invirtió US$45 millones en 2007 y otros US$100.000 en 2008. Pero a partir del siguiente año, las inversiones han sido nulas.
El dato es preocupante sobre todo porque en 2007, los ministros de Economía acordaron una Estrategia Energética que requeriría de una inversión de US$18,000 millones para aumentar la capacidad de generación a 7.300 Megavatios (MW).
Para el caso, El Salvador tiene una capacidad instalada de 1.400 megavatios y su demanda es de 900 MW, pero las mismas proyecciones del Gobierno indican que esa demanda llegará al límite en 2017, por lo que se requerirá de una mayor generación.
De toda la energía que se genera, el 46,8% es térmica, es decir, que se obtiene a partir de petróleo importado.
Pero a pesar de que las autoridades reconocen que es urgente cambiar la matriz energética, el Gobierno apenas ha comenzado a preocuparse por el tema.
Hasta hace 15 días el Consejo Nacional de Energía (CNE) lanzó la primera licitación para generar 15 megavatios a través de fuentes renovables como la hídrica, la fotovoltáica (solar) y la geotérmica.
Además tiene en la cola otras inversiones importantes que podrían reducir la dependencia al petróleo, como la licitación de los 350 megavatios de energía con fuentes renovables, que aún está en proceso. Este es el segundo intento por contratar la generación de esta energía pues la primera licitación fue declarada desierta bajo argumentos de inseguridad jurídica.
También está detenida la construcción de la presa hidroeléctrica El Chaparral, que podría generar 66.1 megavatios de energía limpia.
Otra inversión detenida es la geotérmica, debido a que aún se mantiene un litigio entre la subsidiara Inversiones Energéticas (INE) y la empresa italiana Enel, el cual limita las inversiones de la generadora LaGeo.
El dato también es importante, sobre todo porque El Salvador, junto con Nicaragua, tienen los costos de energía más altos de toda la región, lo que reduce la competitividad de las empresas que hacen uso de esta energía.
El presidente de la Corporación de Exportadores de El Salvador, Coexport, Pablo Durán, que participó junto a otros 200 empresarios en el foro regional, expresó su preocupación por el tema.
Dijo que si se busca un mayor crecimiento económico en el país, la energía que se produce hasta hoy no será suficiente en el futuro por lo que frenaría la inversión de muchas compañías que quieran establecerse en el país.
Agregó que una Ley de Asocios Público-Privado podría agilizar la inversión en la generación de energía.
Países vulnerables
El informe recordó que la crisis del petróleo, originada en 2000, evidenció la vulnerabilidad de los países que dependen del petróleo para generar su energía.
En ese momento, los gobiernos tuvieron que recurrir a medidas urgentes para reducir el impacto de los fluctuantes precios del petróleo. Unos países optaron por los biocombustibles y otros eligieron aumentar los subsidios a la energía eléctrica, lo que complicó sus presupuestos públicos.
Además, aún hay por lo menos ocho millones de personas en toda la región que aún no tienen acceso al servicio eléctrico, un tema que acelera el trabajo de los gobiernos.
Al respecto, el rector del INCAE, Arturo Condo dijo que "para la próxima década será necesaria una inversión de US$30.000 millones para poder satisfacer la demanda que se prevé. Esto es todo un reto si se considera que parte de la población aún no tiene acceso a la energía", dijo.
Según el informe del INCAE, los retos en este tema pasan por fortalecer el clima para las inversiones, aplicar políticas y regulaciones transparentes para dar certeza a los contratos de suministro, racionalizar los subsidios, expandir la cobertura y dar un impulso al mercado energético regional.
Al respecto, en el foro también se discutió sobre el Mercad Eléctrico Regional, que está convirtiendo a los países en exportadores de energía.
Honduras y Nicaragua, por ejemplo, han hecho significativas inversiones que ahora generan tanta energía como para comercializarla con otros países de la región.
En la región se ha creado el Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central, Siepac, que ya está en operación entre la línea Guatemala-México, pero que, según el informe "aún no alcanza su potencial".
Pero destacó que aún falta trabajar mucho en la legislación de varios de los países que integran el Siepac para que se definan los criterios claros para los reguladores.
El INCAE recomendó que se integre a México y a Colombia en este mercado regional.
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