El ministro guatemalteco de Finanzas (Hacienda), Pavel Centeno, dijo en rueda de prensa que el "plan de contención del gasto público" estará vigente durante los próximos cuatro meses, y que el mismo afectará la mayoría de carteras del Gobierno.
La medida responde a la nueva meta de recaudación fiscal fijada entre el Ministerio de Finanzas y la Superintendencia de Administración Tributaria, que debido a las estimaciones de la economía guatemalteca debió ser reducida.
En el Presupuesto de Gastos del Estado 2013, aprobado por el Parlamento, se proyectó una recaudación fiscal de 50.375 millones de quetzales (unos US$6.296 millones), y la nueva meta fue fijada en 49.500 millones de quetzales (unos US$6.187 millones).
La reducción de gastos, precisó Centeno, se reflejará principalmente en la disminución de combustibles, viáticos, viajes al exterior, alimentación, equipos de cómputo y vehículos.
La semana pasada, el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), advirtió que Guatemala puede caer en un "agujero fiscal" de hasta el 1,4 % de su producto interno bruto (PIB) para 2013, debido al peligro de que no se alcancen las metas tributarias establecidas por las autoridades.
Como consecuencia de esa situación, indicó esa institución no gubernamental durante la presentación de un diagnóstico sobre la situación de las finanzas públicas de Guatemala para 2013, el Gobierno tendrá que reducir el gasto destinado a la inversión social, principalmente la dirigida hacia la niñez y juventud.
Según los análisis del Icefi, los ingresos fiscales se situarán en los 48.345 millones de quetzales (US$6.043 millones), lo cual implica una carga tributaria del 11,3 %, es decir un 0,5 % menor a la proyección oficial, con una tasa de crecimiento interanual del 12,9 %.
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