Clausura de los Juegos Centroamericanos
San José 2013 se despide con pachangón
Anoche no hubo complicadas escenografías, cientos de
bailarines ni figuras gigantes en el Estadio Nacional... pero tampoco
hicieron falta. Un sencillo pero alegrísimo espectáculo, cargado de
luces y buena música fue todo lo que necesitaron cerca de 25.000
personas para hacer de la clausura de los X Juegos Deportivos
Centroamericanos San José 2013 una pachanga sin igual.
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El show comenzó con una pequeña descoordinación
de la que pocos se dieron cuenta. Apenas se apagaron las luces del
estadio, miles de personas encendieron las linternas de colores que les
habían repartido al entrar. El encantador paisaje arrancó más de un
suspiro, hasta que en la pantalla gigante del reducto apareció un
letrero que decía “por favor no enciendan las linternas hasta que se les
indique”.
Superado el chasco, la gente se dedicó a
observar cómo la luces inundaban el Nacional para dar vida a un enorme
volcán en erupción en pleno centro de la cancha. Otra vez, hubo fuego en
el estadio, pero ahora las llamas eran inofensivas.
En
la pantalla se proyectó una escena de la inauguración de las justas,
donde un niño plantaba y regaba un árbol; anoche el niño regresaba a
escena para ver cuánto había crecido su “hijo” y entonar a capella la
Patriótica Costarricense. La gente escuchó en silencio, aunque hubo más
de uno que tarareó la letra “tragando grueso”.
El
Himno Nacional, entonado con respeto y la premiación de la maratón
femenina fue quizá el momento más patriótico de la noche. Cuando Norma
Rodríguez y Gabriela Traña subieron al podio para recibir las medallas
de bronce y oro, respectivamente, el estadio estalló en aplausos.
Luego
llegó la hora de recibir a los atletas, los homenajeados de la noche.
La delegación tica –por mucho, la más numerosa– cerró el desfile,
aplaudiendo a un ritmo que, de inmediato, contagió a todos.
El
desfile concluyó con un agradecimiento a los cientos de voluntarios que
colaboraron en el desarrollo de las justas, y la clausura oficial, con
los discursos de rigor.
“Costa Rica ha tenido un
retardo imperdonable en la inversión para el deporte. Ese es el
principal legado de los Juegos: los costarricenses ahora entendemos que
el deporte debe ocupar un lugar de primer orden en la agenda nacional”,
resaltó el alcalde de San José, Johnny Araya, en su discurso.
“Nos queda una formidable infraestructura deportiva al servicio de jóvenes y adultos”, añadió.
La
presidenta Laura Chinchilla y el jerarca de Ordeca, Emmett Lang,
cerraron los discursos, con la clausura oficial y una invitación a que
“la patria centroamericana” se reúna dentro de cuatro años en Managua,
en los XI Juegos del Istmo.
Los atletas María del
Milagro París, Marcela Cuesta, Rafael Ángel Pérez y Tarik Soto arriaron
la bandera de los Juegos y, tras izar el pabellón de la próxima sede,
llegó el momento de apagar el pebetero y comenzar la fiesta.
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