POR
Carlos Alberto Montaner
-
¿Cuál es el mejor vividero de América Latina? Costa Rica. ¿Cuál es el peor? Cuba. Y hay una gran distancia entre ambos países.
¿Cómo se sabe? Lo afirma, indirectamente, el Índice de Progreso Social
del 2014, una sabia entidad sin fines de lucro ni interés ideológico,
dirigida por un puñado de profesionales de primer rango. Se puede
“googlear” fácilmente por medio de Internet. Vale la pena examinarlo.
Los expertos han ponderado 56 factores importantes que miden la calidad
de vida de 132 naciones. Estos elementos, a su vez, se inscriben en
tres grandes categorías: necesidades humanas básicas, fundamentos del
bienestar y oportunidades.
De acuerdo con el Índice,
secamente objetivo, los cinco primeros países de América Latina son
Costa Rica, que ocupa el lugar número 25 entre las 132 naciones
escrutadas; Uruguay es el segundo y 26 del planeta; Chile aparece en el
tercero y 30 del mundo; Panamá es el cuarto y 38 de la lista, y
Argentina es el quinto y su lugar es el 42.
Los cinco
últimos países de Hispanoamérica son: Bolivia (el 71), Paraguay (72),
Nicaragua (74), Honduras (77) y, finalmente, Cuba (79). La Isla queda
muy mal situada, aunque no omiten los manoseados argumentos de la salud y
la educación. Forman parte de la ecuación.
Los diez
países con mejor índice de progreso social son los sospechosos
habituales de siempre y aparecen en este orden: Nueva Zelanda, Suiza,
Islandia, Holanda, Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Canadá y
Australia.
Estados Unidos comparece en el lugar
número 16, Francia en el 20 y España, pese a la crisis, en un honroso
21, algo mejor que Portugal, que se sitúa en el 22.
Obsérvese que no se mide desarrollo económico y científico, ni se
contrasta el PIB per cápita de las naciones, sino se calcula el progreso
social valorando elementos como la nutrición, los cuidados médicos,
agua potable y alcantarillados, vivienda, seguridad, educación, acceso a
la información y a la comunicación, sustentabilidad, cuidado del
ecosistema, derechos individuales, libertades, tolerancia, inclusión, y
otros factores que explican por qué hay países de los que emigran en
masa las personas y países de los que apenas se despiden los ciudadanos.
No es una casualidad que en Estados Unidos, foco receptor de
inmigrantes legales o indocumentados, no existen concentraciones
significativas de costarricenses, uruguayos, chilenos o panameños, pero
sí las hay de salvadoreños, nicaragüenses, hondureños y cubanos. Huyen
del desastre.
El signo de las migraciones (que el
Índice no pondera, por cierto) es, a mi juicio, el síntoma más claro de
la calidad general de vida de cualquier sociedad. La mayor parte de la
gente emigra en busca de oportunidades de mejorar que no encuentran en
su propio terruño.
Hay tres consideraciones
importantes que se desprenden del repaso del Índice de Progreso Social.
La primera es que, en América Latina, las naciones que se autodenominan
“progresistas”, las del socialismo del siglo XXI, son, en general, las
que menos progresan. Venezuela es el país número 67 del universo
analizado; Ecuador, el 50, y, como queda dicho, Nicaragua, el 74. Cuba,
repito, está en la cola: el 79. Una vergüenza.
La
segunda es que los 30 países que mejor puntuación obtienen son
democracias liberales en las que rige la economía de mercado y se
disfruta de libertades políticas. Podrán tener una mayor presión fiscal,
como sucede en Dinamarca, o menor, como ocurre en Suiza, pero ese
factor no altera el dato esencial de que se trata de los países más
habitables del planeta.
La última observación es que
esta nueva medición reitera, por otra vía, lo que también nos dice el
Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas o, incluso, el que mide
la “percepción de corrupción”, compilado por Transparencia
Internacional. Los países menos corruptos son los más prósperos y
desarrollados. La lista es, aproximadamente, la misma.
En realidad, nada nuevo bajo el sol. Pero esta vez está organizado de
una manera más persuasiva para que lo entienda todo aquel que no esté
cegado por el dogmatismo ideológico. “Googléenlo” y lo comprobarán.
[©FIRMAS PRESS]
Carlos Alberto Montaner, periodista y escritor. Su último libro es la novela Otra vez adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario