El anteproyecto de la Ley de Eficiencia Energética,
que se presentó a la Asamblea en marzo, contempla cuatro líneas de
crédito para proyectos de este tipo.
El Ejecutivo busca crear un fideicomiso que, a través de la captación de recursos de la cooperación nacional e internacional, financie proyectos públicos y privados de ahorro de energía eléctrica.
La propuesta forma parte del anteproyecto de la Ley de Eficiencia Energética que el Consejo Nacional de Energía (CNE) presentó a la Asamblea Legislativa, a finales del mes pasado. El director de Eficiencia Energética del CNE, Mario Cáceres, explicó a Diario El Mundo que la creación de este fideicomiso permitirá abrir cuatro líneas de financiamiento, con las que esperan respaldar inversiones de este tipo.
“La figura de un fideicomiso es ampliamente conocida en el país y se incluyó en la ley porque un fondo fiduciario es un caso exitoso (…) y trae la ventaja de poder destinar fondos para un objetivo específico”, acotó el vocero del CNE.
Además, los fondos fiduciarios son muy atractivos para conseguir recursos provenientes de la cooperación internacional, y que luego se otorgarán a los interesados a través de créditos blandos, indicó Cáceres. El funcionario destacó que este fideicomiso para apoyar los esfuerzos de eficiencia energética en el país permitirá potenciar las líneas de crédito para este rubro que ya existen, como las creadas por el estatal Banco de Desarrollo de El Salvador (Bandesal) y el multilateral Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Estas dos entidades ya han colocado importantes recursos en proyectos de eficiencia energética, a través de la banca comercial.
Además, la ley permitirá calcular la reducción en el consumo nacional de energía, indicó. Según los cálculos preliminares del CNE, de aprobarse la ley El Salvador se ahorraría entre el 5% y el 15% de su consumo energético, en los próximos años.
Financiamiento
Si el Congreso aprueba el anteproyecto propuesto, se creará, primero, un fondo de garantías, señaló. Éste se encargará de analizar si otorgan el respaldo necesario para eliminar los riesgos de impago de los proyectos propuestos. “En eficiencia energética, los productos no tienen garantía, en algunos casos representan el 130% y encarecen los créditos de los proyectos”, indicó Cáceres.También habilitarán una línea de crédito para empresas que requieran asistencia técnica; esto incluye estudios de gestión y reducción en el consumo de energía. “También hablamos de línea de créditos de baja inversión, para poder dinamizar esas medidas de eficiencia”, agregó el funcionario del Consejo.
La otra línea que contempla el fideicomiso propuesto está diseñada para que las instituciones públicas, sobre todo las municipalidades, puedan obtener créditos y ejecutar planes que racionalicen el consumo energético.
Finalmente, se creará otra línea para financiar los servicios de las llamadas Empresas de Servicios Energéticos (Escos), dedicadas a la consultoría y proveeduría de proyectos en empresas. Los montos que se destinarán a cada línea no se han precisado, aclaró Cáceres, pues dependerá del capital que se obtenga con la cooperación.
La inversión en eficiencia energética no es un tema nuevo para El Salvador, pero se requiere de un marco institucional para que su desarrollo continúe, destacó el Consejo.
Por ello, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia Alemana de Cooperación Técnica (GIZ, por su sigla en alemán), se presentó el anteproyecto de ley. Esta propuesta se consultó, según datos del CNE, con las 22 entidades que forman el programa “El Salvador Ahorra Energía”.
Dentro de este programa, algunas instituciones públicas han ahorrado hasta el 25% de su factura de energía mensual, gracias a medidas de eficiencia, valoradas en US$2 millones.
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