Si finalmente se concreta, la oferta de la
farmaceútica Pfizer por hacerse con la británica AstraZeneca beneficiará
sin duda a los accionistas de ambas compañías, pero tendrá a cambio un
claro perdedor: el fisco estadounidense.
Conforme al acuerdo propuesto por Pfizer, la nueva compañía tendría sede en Reino Unido, y ello aunque todas las decisiones se siguiesen tomando desde Estados Unidos.
Eso supone, tal y como señala Bloomberg, que el gigante farmacéutico resultante pasaría a repartir dividendos en el exterior. Y eso, en la legislación estadounidense, tiene un significado inmediato: pagaría muchos menos impuestos en los EEUU.
La normativa fiscal norteamericana es taxativa e impide que las corporaciones cambien sin más su residencia al realizar compras de filiales en el exterior, para evitar pagar impuestos.
Pero también incluye una excepción: que al menos el 80% de los títulos de la resultante de la fusión sigan en manos de quienes eran accionistas antes.
La operación que Pfizer propone supondría, con una altísima probabilidad, que sus actuales accionistas viesen diluida su participación por debajo de ese límite en la nueva corporación.
Gracias a ello, la megaempresa que saliese de la fusión no sólo se beneficiaría del impuesto de sociedades británico (el 21% frente al 35% de EEUU), sino que además los dividendos obtenidos por sus filiales fuera del territorio de Reino Unido estarían exentos, tal y como es habitual en numerosos sistemas fiscales (entre ellos el español, conforme al artículo 21 del Impuesto de Sociedades).
Máximo retorno
Pfizer, que el año pasado reconoció una tasa impositiva efectiva (la proporción realmente pagada de impuestos) relativamente alta, del 27%, recuerda que la operación cumple plenamente con la legislación."Mi responsabilidad es garantizar el máximo retorno a los accionistas, y de hecho no creo que eso vaya en contra de los intereses del gobierno de Estados Unidos", ha afirmado el Consejero Delegado de Pfizer, Ian Read.
El Gobierno estadounidense ha puesto el grito en el cielo, pero es poco probable que consiga modificar la legislación a corto plazo.
Los planes de Obama para rebajar del 80% al 50% la proporción de acciones que deben permanecer en "suelo"americano para que la residencia de las empresas sigan estando allí a ojos del fisco, han sido rechazados por el Congreso.
En Europa, varios gobiernos han intentado -igualmente sin éxito- que la UE consiga equilibrar el terreno de juego e impida la competencia desleal que se produce entre sistemas fiscales, y que actualmente está en el origen de los esquemas implantados por grandes multinacionales como Amazon o Starbucks con el objetivo de rebajar su factura por impuestos.
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