Remesas desde Estados Unidos vuelven a los niveles previos a la crisis

Envío de remesas Cortesía Western Union

Fuente: La Prensa (Honduras) Miércoles, 20 de Noviembre de 2013 11:52

La recuperación económica en Estados Unidos se ha hecho sentir en el monto de las remesas que se remiten desde ese país a América Latina, que ha recuperado los niveles anteriores a comienzo de la recesión en 2008.

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Es una buena noticia para el hemisferio, ya que el envío de dinero es la principal fuente de ingresos para la región, muy por encima del total de la ayuda exterior, según Centro Pew.
La única excepción la constituye México, el principal receptor de EUA, cuyos giros no solo no se han incrementado sino que han disminuido, debido a los cambios económicos y al viraje en la tendencia migratoria entre ambos estados. El declive en el número de remesas con destino a México se justifica por la quiebra de la industria de la construcción en EUA.
Se calcula que en 2013 el total de dinero enviado a través de remesas desde EUA a América Latina alcanzará los US$53.800 millones, un incremento considerable respecto de los últimos seis años, pero que todavía es un 13% inferior a lo que se cursó en 2007 -US$61.600 millones, la cifra más alta hasta la fecha-.

Recuperación en Centroamérica

Las remesas constituyen un importante porcentaje del PIB en Centroamérica.
En El Salvador suponen el 16.5%, en Honduras el 15,7%, en Guatemala, el 10% y en Nicaragua, el 9,7%. No obstante, en países del cono Sur, como Argentina, Chile o Uruguay, únicamente implica el 1%. Pese a que el envío de dinero de sus emigrantes es una aportación esencial para los países de la región, el informe cuestiona el impacto positivo a largo plazo.
Varios estudios coinciden en que en aquellos Estados más dependientes de la llegada de las remesas, el número de miembros en paro de las familias que reciben esos envíos es muy alto, lo que supone un lastre para el desarrollo y fortalecimiento de su mercado laboral.
No obstante, aquellos hogares que son receptores de giros monetarios tienden a invertir aquello que no destinan a alimentación, ropa y bienes de primera necesidad, en salud y educación.
El estudio llama la atención sobre la reticencia a enviar remesas de los extranjeros nacionalizados estadounidenses y los que han obtenido permiso de residencia, frente a los inmigrantes indocumentados que, al no haber desarrollado un apego por su país de acogida, siguen teniendo como principal prioridad mandar fondos a sus familiares.