Richard Branson: "No hay que tomarse los negocios tan en serio"
Fuente: Expansión Jueves, 13 de Septiembre de 2012 16:36
El magnate británico habla sobre su manera de dirigir, sus próximos retos y avisa que no tiene previsto jubilarse, porque nunca ha sentido que está trabajando.
Estaría bien estrechar la mano de Richard Branson y comprobar si su saludo es tan fuerte como su personalidad, pero los dedos meñiques del fundador del grupo Virgin no están para apretones. "Me he hecho daño practicando kite surf por el Canal de la Mancha". Lo dice risueño y sin esgrimir el más mínimo síntoma de dolor. Peccata minuta para un hombre al que le fascina el riesgo y que, según parece, no tiene miedo a nada. Ni siquiera a viajar al espacio, su próximo reto.
Gestionar su emporio, formado por más de 200 empresas, tampoco le supone ningún desafío: "Soy bueno delegando; se trata de encontrar a gente válida que lleve el día a día del negocio y yo tener la libertad para poder ver más allá". ¿Su peor defecto? "No sé decir que no".
Richard Branson podría pasar por un californiano más con su melena rubia y su sonrisa perenne, pero es británico y Sir para más señas. Lo de la sonrisa es marca de la casa: "La gente que lleva esta empresa debe divertirse con lo que hace. Los negocios se toman demasiado en serio y la vida es demasiado corta para eso".
Aunque la suya es, sobre todo, intensa. "Tengo un trabajo muy variado y viajo continuamente por todo el mundo, es una vida muy divertida". Branson sueña con el espacio, pero su paraíso terrenal está en la isla de Necker, situada en las Islas Vírgenes. En su isla privada aprovecha para "bucear, navegar o jugar al tenis". Porque Branson está en forma, o al menos, eso asegura en uno de los clubes de fitness de Virgin Active en Madrid donde se desarrolla la entrevista. Una división que en España y Portugal ha facturado 28 millones de euros el año pasado.
Branson es una de las grandes fortunas del mundo según Forbes, pero para él la fortuna sólo es una ruleta que se ha detenido en su vida. "Por supuesto que hay que pagar las facturas a final de mes, pero lo que me crea satisfacción no es el dinero, sino el orgullo de lo que he creado a lo largo del mundo. Soy extremadamente afortunado".
Y contundente cuando debe decidir si un negocio forma parte de su conglomerado, compuesto por industrias tan variadas como la aviación o el entretenimiento. "Tiene que ser una idea que cambie la vida de los demás". El empresario parece tener vocación de superhéroe y, de hecho, conoce el medio -hizo un cameo en la película Superman Returns-, pero no pretende que le confundan con uno de ellos. "Es divertido ser popular y que tu marca mejore la vida de la gente. Bien pensado es estúpido hacer algo que te haga ser un antihéroe".
Ha cruzado parte del océano en globo, se ha colgado de una grúa en pleno Times Square de Nueva York... ¿Hay algo a lo que no se atreva Richard Branson?: "Estoy felizmente casado desde hace 35 años, y aunque a veces me hubiera gustado portarme mal nunca me he atrevido", dice con una carcajada.
Con él es difícil distinguir a la persona del personaje. Quizá es que ambos se han fundido en una aleación explosiva. Una formula química patentada como Richard Branson sin fecha de caducidad: "¿Jubilarme, yo? Nunca he sentido que estoy trabajando".
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