La pretensión del presidente nicaragüense, Daniel Ortega, de buscar la reelección indefinida con la reforma de la Constitución responde al “modelo bolivariano”, en boga en América Latina, región donde la crisis de partidos estimula el caudillismo y vulnera la democracia real, señalan analistas.
Ortega, seguidor del “socialismo chavista”, y quien mantiene una controversia limítrofe con Colombia y Costa Rica, pretende aprovechar sus mayorías legislativas para obtener más poderes, institucionalizar un modelo de “democracia directa” y otorgar mayores facultades a los militares, entre otros asuntos.
La propuesta de reforma a la Constitución de Nicaragua contempla eliminar la prohibición de la reelección presidencial y permitiría al gobernante sandinista, de 68 años, aspirar a su cuarto mandato en los comicios del 2016, lo que la oposición rechaza.
“La intención de Ortega responde al expansionista y autoritario patrón socialista bolivariano de —el fallecido presidente venezolano— Hugo Chávez, que consiste en copar los poderes del Estado para gobernar de manera indefinida y sin control alguno, socavando la democracia y amenazando a los vecinos”, afirma el analista colombiano Vicente Torrijos.
Tal situación “representa una preocupación para el resto de Latinoamérica, porque lo que comenzó Chávez y ahora pretende conseguir Ortega puede ser replicado en Bolivia, Ecuador y otros países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba)”, añade Torrijos, profesor universitario de política internacional.
A su juicio, la situación de los países de la Alba es “diferente” a la que se registró en Colombia, donde el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) impulsó una enmienda constitucional para lograr la reelección en el 2006, pero un nuevo intento en el 2010 fue frenado por la Corte Constitucional.
Intentos en Colombia
El sucesor de Uribe, Juan Manuel Santos, ha dado señales de que aspira a un segundo mandato en el 2014.
El profesor de Ciencia Política y Gobierno de la privada Universidad del Rosario, en Bogotá, Rubén Sánchez, opina que la reelección indefinida es “negativa para América Latina, porque estimula el caudillismo y el populismo, y sugiere que en la región no hay ciudadanos plenos”.
No obstante, Sánchez llamó a evaluar si el auge del modelo “bolivariano” obedece al fracaso de la democracia representativa y a la crisis de los partidos políticos tradicionales latinoamericanos, lo que, según él, sirve de “caldo de cultivo” para la aparición de caudillos.
Entre los vecinos centroamericanos de Nicaragua, el asunto de la reelección tiene diversos matices.
Así, en Panamá, la figura de la reelección presidencial inmediata está prohibida por la Constitución, y el presidente de ese país, Ricardo Martinelli, ha dicho en varias ocasiones que no le interesa aspirar a un nuevo mandato consecutivo.
En Costa Rica, país que mantiene un litigio limítrofe con Nicaragua y donde los gobiernos duran cuatro años, se permite la reelección presidencial, pero no para períodos consecutivos.
En Guatemala, la reelección está prohibida por la Constitución.
El Parlamento de Honduras aprobó en enero del 2011 una reforma constitucional que abrió la puerta a una consulta para decidir sobre la reelección presidencial, la cual fue ratificada en febrero de ese mismo año.
Un intento por reformar la Constitución causó la caída en el 2009 del expresidente hondureño Manuel Zelaya, cercano a Chávez y cuya esposa, Xiomara Castro, buscará el poder en los comicios del próximo 24 de noviembre próximo.
La Constitución de la República de El Salvador permite la reelección presidencial en forma alterna; es decir, en períodos que no sean consecutivos.
Reformas
En Venezuela, la reelección inmediata se aprobó con la Constitución del 2000, impulsada por Chávez, quien falleció en marzo último afectado por un cáncer que le truncó su nuevo mandato que iba hasta el 2020. En abril Nicolás Maduro, quien fue su canciller y vicepresidente, ganó las elecciones, cuestionadas por la oposición.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, juró su nuevo cargo el 24 de mayo de este año y desde entonces ha reiterado que no se presentará a otro período, aunque en algún momento insinuó la posibilidad de reformar la Carta Magna para que se garantice la reelección indefinida, lo que fue rechazado por los opositores.
El presidente boliviano, Evo Morales, quien llegó por primera vez al poder en el 2006, podría presentarse a la reelección en el 2014, pues el Tribunal Constitucional le dio luz verde al declarar que su actual mandato, comenzado en el 2010, cuenta como el primero del Estado Plurinacional, pues ese país fue refundado en el 2009, cuando se avaló la reelección consecutiva.
Argentina, tras la reforma constitucional de 1994, permite la reelección por una vez, aunque la actual presidenta, Cristina Fernández, quien ya logró un segundo mandato en el 2011, ha perdido terreno legislativo como para pretender modificar la Carta Magna y optar a un tercer período.
En Brasil, la reelección existe desde 1998 y se limita a una vez, aunque dirigentes políticos comenzarán a discutir el final de esa figura, lo que, en todo caso, no afectaría la eventual pretensión de la actual mandataria, Dilma Rousseff, de aspirar a un segundo mandato consecutivo en los comicios de octubre del 2014.
Después de una pausa
Chile, que padeció la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), carece de reelección popular de presidentes en períodos consecutivos, aunque la Constitución la permite tras una pausa en el mandato, lo que la exjefa de Estado Michelle Bachelet (2006-2010) tratará de aprovechar para llegar por segunda vez a La Moneda en los comicios del próximo 17 de noviembre.
México tampoco admite la reelección para sus presidentes, que gobiernan durante seis años, y no se ha planteado ningún intento de modificar la Constitución.
La Carta Magna de República Dominicana, vigente desde el 2010, permite la reelección sólo después de un mandato de receso.
La legislación peruana no permite la reelección de un presidente, ni la postulación de su esposa o familiares directos para el período de gobierno inmediato, aunque la oposición señala los supuestos intentos de la esposa del presidente Ollanta Humala, la popular Nadine Heredia, de postularse en los comicios del 2016, lo que la pareja niega.
La Carta Magna uruguaya prohíbe la reelección presidencial inmediata y hay coincidencia en los partidos políticos en que es el mejor sistema para ese país.
*Información de las agencias de noticias EFE, AFP y sitios oficiales de Internet.
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