El proyecto llamado Korea-town, que impulsa la
Embajada de ese país, se pensó tras la concentración de viviendas y
negocios de este origen en el sector que va de la 32 a la 37 avenidas de
la calzada Mateo Flores, zona 7 capitalina.
“La idea surgió el año pasado porque hay restaurantes, supermercados, viviendas e iglesias en el lugar. ¡Así nace la Korea-town en Guatemala!, que ya es famosa en otros países”, explica Choo Yeon-gon, embajador de Corea.
Uno de los objetivos es que el lugar se convierta en un atractivo turístico, con características culturales “naturales” de aquel país. Pretende que la zona contribuya a la reactivación de la economía para la comunidad coreana en Guatemala y para los vecinos”, dice el diplomático.
El plan incluye, como primera fase, reforzar la seguridad y así atraer inversiones. “No es un proceso de uno, dos o tres años; dependerá del interés de la comunidad y el apoyo de las autoridades”, comenta, tras aclarar que será una zona no exclusiva para la comunidad coreana, pues se trata de una ciudad al servicio del público en general.
El sector privado coreano y el embajador estiman una inversión de US$100.000, para instalar cinco cámaras con circuito cerrado, además de 30 lámparas estilo coreano con iluminación de panel solar y un radar de velocidad para verificar que se respeten los 60 kilómetros por hora en el lugar, informa Yong Koo-kang, consejero de la sede diplomática.
Según los entrevistados, la comuna citadina concedió los primeros permisos, los cuales no representan cambios en la infraestructura ni alteración en el nombre del sector. El Gobierno, por medio de la Cancillería, participará en la colocación de la primera piedra. A largo plazo prevén la construcción de un parque coreano.
Enijeong Gu, ciudadano coreano y comerciante del lugar, recuerda que hace cinco años asaltaron su restaurante. “Es buena idea que refuercen la seguridad”, dice, mientras se muestra interesado en que se destine el área para identificar su cultura.
La comunidad coreana se asentó en Guatemala en 1962, aunque el registro más antiguo es el de un maestro de taekwondo. “Fue el segundo coreano que formalmente llegó a suelo guatemalteco”, informa el embajador.
Relata que en los noventa, por las maquilas, se dio un repunte de migrantes. “Ahora, no hay movimiento; está estancado˝.
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